Dos de los atributos que más nos definen como seres vivos son el movimiento y la respiración. Inhalamos y exhalamos, y en cada respiración concentramos la esencia de nuestro existir. Pero ¿qué ocurre si dejamos de respirar y movernos de manera automática y nos concentramos en ello? Escribe Víctor Medina.
A través de la meditación reducimos el foco de atención. La mente disipa el torbellino de pensamientos difusos y se centra. Las múltiples técnicas meditativas nos ayudan a conectar con nuestro interior. La fusión de movimiento y respiración con actitud contemplativa consiguen un estado de dinámica meditación. Es vinyasa, la práctica de yoga que nace de esa unión.
Vinyasa yoga es meditación en acción. Respiras y te mueves con consciencia: se abre una nueva puerta.
1. Disfrutas de tu propio movimiento. Observando tus acciones, estirando, torsionando, abriendo o cerrando, conectando con tu cuerpo.
2. Conoces tu cuerpo. Aunque resulte extraño, no tenemos contacto con el organismo que nos alberga. Lo ocultamos con vestidos, lo evitamos. Con Vinyasa yoga descubrirás sus virtudes, sus imperfecciones. Para conocerlas, aceptarlas y, si lo deseas, superarlas.
3. Te retas. Las secuencias de posturas son desafíos para el equilibrio, la fuerza, la flexibilidad. Sin riesgos.
4. Bailas sobre la esterilla. El fluir continuo de la práctica de Vinyasa yoga transmite la sensación de danza. Una coreografía de posturas que bien podrías realizar con música.
5. Te concentras. Libre de distracciones, de multitareas, de condicionamientos y juicios. Moviendo y respirando con atención, como una puesta a punto mental.
6. Conectas con lo que importa. Quitando las capas superfluas que envuelven a la esencia, a lo que trasciende en la vida. Fuera aditivos, lo que de verdad importa reside en tu interior.
7. Aprendes yoga en profundidad. La práctica de Vinyasa yoga incide en que realices las asanas de manera consciente. Tu atención y la propia memoria que desarrolla el cuerpo te ayudan a integrar el yoga en tu vida.
8. Ganas calidad de vida. No es solo cuestión de mejora física o calma mental. El yoga no sería yoga si sólo lo practicaras sobre la esterilla. Entrenando la acción consciente, conectas con tus sensaciones, para conocerte, respetarte y, de paso, respetar a los demás.
Víctor Medina. Profesor de yoga, ashtanga, vinyasa flow, yoga para niños, embarazadas. Clases en grupo e individuales.
Espíritu 23. C/ Espiritu Santo, 23. Madrid. T 636 489 669
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