¿Por qué retirarse en silencio durante un tiempo? ¿Qué sentido puede tener el abandonar los quehaceres cotidianos para sumergirse en la soledad y el silencio a través de la meditación en quietud? ¿Qué es lo que se busca? Escribe Emilio J. Gómez.
“Tenía necesidad del ruido de la soledad”. Pilar Sánchez
Consciente o inconscientemente buscamos el Absoluto. Tratamos de encontrar aquello que es constante y permanente en la existencia. Y lo tratamos de hacer en medio de un mundo relativo y siempre cambiante.
En realidad, buscamos el Todo. De alguna manera, intuimos que formamos parte integral de su naturaleza omniabarcante. Sabemos que tal Absoluto no es posible encontrarlo a través de los sentidos y tampoco con la mente.
Aquello que es constante se oculta justo detrás de lo empírico y de los sistemas de coordenadas espacio-temporales, característicos del mundo relativo. Por este motivo, al Absoluto no se lo puede ver, sólo se lo puede ser.
Nosotros no meditamos, es el Universo lo que vibra en el estado de meditación. Nosotros lo único que podemos hacer es sintonizar con ese nivel de vibración.
Para alcanzar tal sintonía con el Absoluto, con el Espíritu que da vida a todas las formas, necesitamos de la soledad y el silencio. Silencio y soledad son las condiciones idóneas para que la consciencia individual establezca sintonía con la Conciencia universal.
En realidad, no hay nada que hacer, ni ningún sitio a donde ir. Tan sólo bastaría con escuchar el “ruido del silencio”. Esa singular escucha se produce desde el Ser que es anterior a la mente. Tal percepción aparece en soledad. Podría ser de otra manera, pero no lo es.
Emilio J. Gómez es profesor de yoga del Círculo de Yoga Silencio Interior e imparte clases de meditación todos los miércoles, de 19 a 20:30 h. en Madrid.
Del 28 de abril al 2 de mayo imparte un Retiro de Silencio y Meditación en Segovia
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