Absurdo entre los absurdos es iniciar una batalla ficticia contra un enemigo ficticio. Y sin embargo, uno de los pilares de la espiritualidad parece estar cimentado sobre la destrucción, erradicación y eliminación del ego; como si algo ilusorio pudiera tener la culpa de nuestras desdichas e infelicidad. Escribe Emilio J. Gómez.
Se habla de ego espiritual o ego material como si fuera algo nefasto y a ser eliminado de nuestras vidas. Pero ¿es ello posible? ¿Es posible erradicar al ego? No, no lo es. El ego es necesario en nuestro psiquismo. Y mientras que nuestro cuerpo tenga prana, guste o no, ahankara, el ego, va a estar siempre presente, acompañándonos hasta el último aliento de nuestra vida. Y esto no es bueno ni malo. Es como es. Y así es preciso aceptarlo.
Un ejemplo
Cuando por ejemplo vas a comprar el pan y la dependienta te saluda: «Buenos días, Juan», se está dirigiendo a tu ego. Y cuando le respondes:»Hola, María, dame una barra de pan», te estás dirigiendo a su ego. En ningún momento se te ocurre decirle: «Soy un punto de consciencia en mitad del vasto universo que, habitando en un cuerpo, necesita una barra de pan para la subsistencia».
No. No dices semejante chorrada. Simplemente te dedicas a continuar la representación teatral con nombres y apellidos. Juegas el papel. Otra cosa muy diferente es el punto de comprensión al que cada cual haya llegado a la hora de relacionarse con el ego. Si hay poca o ninguna comprensión, es más que probable que aparezca la identificación. Es decir, que me lo crea. Que me crea ser el personaje que represento.
Y ahora, sí. Lo que con la identificación aparece es el sufrimiento. Pero no es el ego lo que provoca el sufrimiento, sino la identificación que se tiene con él. El ego no es bueno ni malo, es ilusorio. En todo caso, lo negativo sería avidya, la ignorancia.
La clave, la comprensión
Por este motivo, consideramos que al ego no hay que combatirle ni matarle, ni cosas similares. Lo único que habría que hacer es tratar de disminuir nuestra ignorancia aumentando nuestro autoconocimiento. Ese que instalándonos en nuestra presencia de ser nos permite trascender al ego a través de la comprensión de nuestra auténtica naturaleza.
Al ego no se le puede eliminar, pero sí trascender. No es lo mismo. En tal diferencia está la clave.
Gracias por tu interés.
Emilio J. Gómez es profesor de yoga del Círculo de Yoga Silencio Interior e imparte clases de meditación todos los miércoles, de 19 a 20:30 h. en Madrid.
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