El Universo fue Consciencia, silenciosa y equilibrada, en quietud. Y decidió jugar a reinventarse. Tras su escisión en los pares de opuestos el universo, vibrando, siempre vibrando, generó 50 sonidos primarios, con sus 50 colores asociados: los Varnas. Escribe Eva Klimberg.
De las infinitas combinaciones posibles de los Varnas, apareció el mundo de las formas densas, el mundo manifestado. Los Varnas son esos “colores” asociados a un sonido, con una determinada longitud de onda y un vibrar que les da la vida.
Todas las formas conocidas, visibles o no, están creadas, sustentadas y alimentadas por vibración sonora en diferentes frecuencias de onda.
El Devanagari, escritura de los dioses y del sánscrito, deriva directamente de los Varnas originales. Las 50 letras del alfabeto sánscrito al ser cantadas a través de los mantras hacen vibrar la esencia de la que estamos hechos. La esencia de la que está hecho todo el universo manifestado.
Si escuchamos una palabra enseguida aparece una imagen asociada a su significado, y la emoción correspondiente. Si pronuncio manzana, brotará en todos nosotros la imagen, con el sentimiento que este lleve asociado.
Los mantras son combinaciones mágicas, reveladas a los rishis en estados de profunda comunión con el Ser. Los mantras contienen energías muy elevadas, muy espirituales, muy sanadoras, la energía de Dios en sus diferentes expresiones.
Los mantras son Dios en forma de sonido, igual que lo es la flor, la carcajada del bebe o un beso de amor.
Según la teoría yóguica, el pensamiento, la palabra y el objeto son la misma realidad en diferente nivel vibratorio o estado de manifestación. Es decir, la imagen de la manzana, la palabra que la nombra y la propia manzana son el vapor, el agua y el hielo respectivamente. La misma realidad en diferentes frecuencias de onda. La misma realidad en mayor o menor densidad.
Los diferentes mantras encarnan las energias de las diferentes deidades. Cuando cantas los nombres de Dios, estás creando a Dios… en función del poder de tu conciencia, de la fuerza y pureza de tu intención dicho poder será detonado y manifestado. El mantra es la deidad misma en su expresión sonora-vibrante.
Cantando el mantra viajamos desde el nivel grueso del sonido articulado, a través de las capas vibratorias del universo, hacia la energía de la deidad. Más allá en el Asamprañata Samadhi (liberación sin forma), al “lugar”donde se encuentra la energía original y el Poder Supremo indiferenciado.
Reproduciendo los 50 sonidos del alfabeto sánscrito en la recitación de mantras, recreamos la fuerza de Shiva en nosotros, de Krishna, de Saraswati, damos vida a esa expresión de la magia divina, la ponemos en circulación.
Decimos que nuestra mente se funde en la experiencia de esa energía, se hace uno con ella. Esta recitación del mantra se llama Yapa y es una llave que abre en forma de sonido la fuerza contenida en el mantra.
Hay muchas formas de prácticar Yapa. Cantar los nombre de Dios es la más conocida y practicada. El Likita Yapa (escribir el mantra) y el Yapa Mala (pasando las cuentas del “rosario”), son también maravillosas, más introspectivas y muy recomendables.
Las 50 letras del alfabeto sánscrito están en tu cuerpo
Otra forma de generar armonía sirviéndonos de los 50 sonidos originales es cantarlos independientes.
Las 50 letras del alfabeto sánscrito están reflejadas en los chakras o vórtices energéticos, asiento de la consciencia. Los bhija mantras en el centro del chakra y las diferentes letras del alfabeto en los pétalos.
También en chrakras menores o cruces de nadis (canales psíquicos por los que fluye nuestra energía vital) están vibrando los 50 sonidos originales.
Aprendí de Swami y los sacerdotes tántricos del sur de India esos puntos. Tocando los puntos con la mano y cantando el sonido correspondiente (las vocales en la cara y las consonantes en el cuerpo), se recorre todo el cuerpo de la cabeza a los pies. De esta manera el cuerpo astral y en concreto Pranamaya Kosha, la envoltura pránica, es purificada y armonizada antes de entregarnos a la meditación.
La experiencia de Silencio interior esta asegurada, además del sabor dulce en el corazón.
Estas prácticas de Yoga profundo favorecen el destino de todos los yogas: la meditación natural, un estado en el que el individuo separado desaparece y aparece la experiencia de Paz.
En mi próximo retiro practicaremos en profundidad todos estos aspectos y podrás vivir y sentir el efecto armonizador en ti después de cantar.
Eva Klimberg es profesora formadora de Psicología y Filosofía profunda del Yoga, de Meditación en varias formaciones de profesores, con más de 20 años de experiencia. Directora de Yoga Art Studio en San Lorenzo de El Escorial. Imparte clases semanales en Madrid, talleres, conferencias y retiros por toda la geografía nacional.
Retiro de Yoga Profundo, Mantras & Mudras con Eva Klimberg
Cuándo: 3 a 5 de marzo
Dónde: La Cabrera (Madrid)
Precio reducido hasta el 15 febrero
Más información: www.YogaArtStudio.com