Esta sección de Astrolgía+Yoga es fruto de una nueva colaboración entre una astróloga y una profesora de yoga. ¿Qué nos trae este mes de febrero? ¿Cómo puede ayudarnos el yoga a afrontar sus desafíos y aprovechar sus potencialidades? Escriben Florbela Cristóvao y Montse Ramírez.
Febrero trae un importante cambio energético con relación al mes anterior, en el que hemos estado conectados a las grandes aguas -cuatro planetas transitando Piscis- y por ello sintonizados con el mundo de la ensoñación, de lo intangible, generando alguna dispersión y dificultad en actuar de forma pragmática, ya que hemos estado permeados por la fluidez acuosa de las emociones. Desde los primeros días de febrero las energías que pasan a estar disponibles son fundamentalmente en aire y fuego, dos elementos de polaridad masculina, por lo tanto objetivos y activos y que se retroalimentan: mente e intuición / pensamiento y visión.
Bajo el influjo de la luna nueva en Acuario, signo de amor a lo colectivo, a los ideales de progreso y que expresa la necesidad de contribución desde nuestra singularidad a un proyecto mayor, más inclusivo de comunidad, estamos siendo convocados a abrir camino hacía nuevos territorios. Acuario es un signo de aire, actúa sobre el plano mental superior, se relaciona con los grandes ideales y nos estimula a crear realidades a partir de ideas fecundadas por el poder de la mente universal.
A lo largo del mes los acontecimientos invitan a abrazar nuevas visiones para el futuro, a generar perspectivas más amplias sobre nuestra realidad. En esta secuencia y motivados por la presión dinámica ejercida por el fuego –Venus y Marte transitando Aries y el trígono entre Saturno y Urano– podemos esperar movimientos abruptos de liberación, de desapego, desidentificación y ruptura con modelos limitantes que nos venían condicionando.
Será un excelente período para captar imágenes, sentir la fuerza de las ideas-semilla sobre nuestras mentes y auscultar nuevas posibilidades y proyectos. Acuario simboliza la expresión del genuino amor por el futuro, por la experimentación de nuevas formas y lenguajes, Acuario es el visionario del zodíaco. Si bien que este arquetipo se relaciona con un profundo sentimiento de comunidad, de fraternidad universal y utopía, es a la vez profundamente individualista, auto-centrado y devoto de la singularidad. Este aspecto de Acuario se verá reforzado durante el mes de febrero por la posición y aspectos de Venus y Marte, dos planetas personales, que nos pondrán en contacto con la necesidad de renovación de nuestros deseos de independencia, individualidad y libertad, lo que puede obligar a reajustes importantes en algunas relaciones, finalizar otras, o aún, iluminar nuevos vínculos y compromisos. Los días alrededor de la luna llena el próximo día 11, dejarán en evidencia esta tensión entre intimidad y libertad, así como la necesidad de avanzar hacía nuevos paradigmas en nuestras relaciones. Decididamente es una oportunidad para abrazar lo nuevo, lo aún no experimentado, lo desconocido.
Durante la última semana del mes, a partir del 21, la T cuadrada que se irá formando entre Marte, Urano, Júpiter y Plutón puede tanto traer claridad de propósito, asertividad y nuevas direcciones, bien como agresividad, impulsividad y ruptura, la energía es la misma, el nivel de consciencia de cada uno es lo que imprime la cualidad a su expresión.
Esta luna llena será especialmente importante ya que viene acompañada de un eclipse en el signo de Leo, el primero eclipse de una nueva serie, inaugurando la transición del eje nodal de Virgo/Piscis hacía Leo/Acuario. Si durante el último año y medio hemos sido invitados a hacer un proceso de sanación físico, emocional y psíquico, hasta enero del 2019 estaremos aprendiendo a asumir el amor, la dignidad y la soberanía que proviene de contribuir con nuestra expresión en el mundo, dar nuestra particular aportación a la construcción de una nueva communitas. Aprender a vivir con el riesgo y en el riesgo, percibirnos como co-creadores de realidades será nuestro camino evolutivo y febrero representa el primer paso en ese proceso.
Visualiza tus fortalezas y compártelas
En este mes de febrero en el que se nos invita a contribuir a la comunidad desde nuestra singularidad, te propongo la siguiente práctica:
* Túmbate en savasana o siéntate con la espalda recta y los dos pies en contacto con el suelo. Relaja poco a poco todo el cuerpo desde los pies hasta la cabeza. Toma conciencia de cualquier posible tensión y la vas soltando, aflojando, sin prisas.
* Lleva a tu mente y a tu corazón aquellos aspectos de tu carácter o aquellas habilidades, capacidades, cualidades… en los que destacas, en los que brillas. Visualiza lo mejor de ti, todo tu potencial, ánclalo y siente de que forma podrías compartirlo con los demás. En qué acción, en qué colaboración, sea con amigos, familiares, asociaciones, entidades, en tu trabajo… podrías aportar tu singularidad positiva. Y plantéate una acción concreta, por pequeña que sea, para llevarla a la práctica.
* Poco a poco regresa a la conciencia de tu cuerpo y de tu respiración. Observa las sensaciones físicas, la inspiración y la espiración y haz tres respiraciones profundas. Tranquilamente, empieza a mover pies y manos, piernas y brazos, la cabeza… todo el cuerpo. Tómate el tiempo necesario, sin prisas, y poco a poco te vas incorporando y vas regresando a la cotidianeidad.
Información elaborada por:
Florbela Cristóvão, astróloga transpersonal (consultas de cartas astrales, presencial y por Skype, encuentros y talleres) morbela@hotmail.com
Montse Ramírez, periodista, profesora de yoga – coordinadora de Escola Yogavida
Info@escolayogavida.com