En Occidente el cuerpo se ha considerado tan solo como una fuente de placer o de sufrimiento. Pero en el yoga y en la antigua psicología budista, el cuerpo es una herramienta para acelerar la evolución de la consciencia y hacer posible la autorrealización. Escribe Ramiro Calle.
El cuerpo se convierte así en objeto de especial atención en la larga marcha hacia la libertad interior. No solo es el causante del placer o del dolor, sino que nos ayuda a desarrollar potenciales somáticos y mentales.
El yoga revalorizó el cuerpo, que es la energía densa o la base de la pirámide humana. De tal modo lo revalorizó que lo designó como el templo de la divinidad y el vehículo del ser interno. Además el cuerpo está insuflado por la energía del cuerpo sutil, que lo interpenetra. Se trata de una energía que en el yoga se denomina prana. Es la fuerza vital, el aliento, el poder dinámico.
El trabajo consciente sobre el cuerpo se realiza a través de dos modalidades de yoga: el Hatha yoga y el Radja yoga. Al primero le podemos denominar yoga psicofíco y al segundo, yoga psicomental. El primero es como una escalera que nos conduce al segundo, pero son independientes, aunque complementarios.
En el Hatha yoga se trabaja sobre el cuerpo con métodos psicosomáticos que implican a la mente, y en el Radja yoga se utilizan técnicas de dominio mental. Pero muchas de las técnicas del yoga psicomental utilizan las funciones corporales para el metódico entrenamiento de la atención, tales como la concentración en la postura corporal, la respiración, en las sensaciones o en las percepciones. Por el cuerpo se llega a la mente y por la mente se llega al cuerpo. Por algo el yoga fue el precursor de la ciencia psicosomática, toda vez que se percató desde el primer momento en la estrecha interrelación entre lo somático y lo psíquico. Todo lo que afecta al cuerpo repercute en la mente y viceversa.
En el verdaderoº Hatha yoga, las diversas técnicas muy elaboradas y verificadas que lo configuran se utilizan para convertir en cuerpo en un laboratorio viviente y a través de él conseguir la supresión de los pensamientos incontrolados e ir más allá de la mente ordinaria.
Técnicas para conectar con nuestro interior
Las técnicas son herramientas psicosomáticas de gran valor, mediante las cuales no solo se incide sobre el cuerpo físico sino también sobre el energético. Estás técnicas son las posturas o esquemas corporales, los ejercicios de respiración consciente y regulada, los procedimientos de limpieza y acción neuromuscular y energética.
En las posturas se realiza la detención consciente del cuerpo para lograr vivir éste hasta lo más profundo, conscienciando los estiramientos, masajes y presiones en punto vitales, y pudiendo asimismo interorizarse y pronunciar la experiencia de ser.
La detención consciente del cuerpo, favorece la interiorización y en cierto modo la suspensión de la actividad sensorial extravertida. La mente se pliega sobre sí misma y se absorbe en su fuente. La atención consciente juega un papel esencial, pues mediante la misma el asana permite «cavar» en el cuerpo e ir más allá del mismo. No atestigua todos los fenómenos del cuerpo y experimenta no solo su corporeidad sino que también va descubriendo su mapa energético.
El pranayama o contol respiratorio, no solo es un método para energetizarse y favorecer la salud física; también regula las energías, seda el sistema nervioso, ayuda a inhibir el pensamiento y a realzar la interiorización y la experiencia de ser. El pranayama desemboca en el pratyahara o inmersión profunda en uno.
El cuerpo es un precioso reservorio de energías densas y finas o sutiles. En la meditación se utiliza el cuerpo y sus funciones para desarrollar la denominada cosciencia-testigo, capaz de contemplar los procesos psicosomáticos desde la inafectación y la ecuanimidad, pudiendo así el practicante lograr una independencia con respecto a los mismos.
Era Ramakrishna el que nos indicaba que en le cuerpo hay perlas ocultas que uno puede ir encontrando como lo hacen en el océano las buscadoras de perlas. Estas perlas ocultas en el cuerpo son centros de energía que pueden activarse. Buda declaraba que en este cuerpo de menos de dos metros de alto esta el mundo, o esa, que somos una réplica del universo o microcosmos. En el cuerpo se manifiestan los elementos básicos: tierra, agua, fuego, aire y éter, y hay ejercicios para trabajar meditativamente sonbre los mismos.
Mediante las prácticas yóguicas y el desarrollo interior, el practicante logra no solamente manejar sus energías burdas, sino que empieza a experimentar energías sutiles o finas que ayudan a transformarse y mutar la consciencia. Como la nata se oculta en la leche, estas energías sutiles están en el ser humano, pero permanecen aletargadas a la espera de ser actualizadas mediante la disciplina interior, y en este sentido el trabajo consciente sobre el cuerpo es de una ayuda extraordinaria. El cuerpo deja entonces de enfocarse solo como causa de placer o dolor, y se convierte en vía de autorrealización.
Ramiro Calle
Más de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. Comenzó dando clases a domicilio y creó una academia de yoga por correspondencia para todo España y América Latina. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines. Ha hecho del yoga el propósito y sentido de su vida, habiendo viajado en un centenar de ocasiones a la India, la patria del yoga.
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