Benarés, Varanasi, Banaras, Kashi son algunos de los nombres que designan a esta ciudad situada al norte de la India en el estado de Uttar Pradesh, porque mucha es la historia que se esconde tras los muros de sus impresionantes ghats o escalinatas a orillas del río sagrado, el Ganges. Escribe Cristina Iglesias.
Benarés es la ciudad habitada más antigua del mundo y una de las siete ciudades sagradas más importantes para la religión hindú, además de la capital espiritual del país. Miles de peregrinos de todas partes de India vienen a diario llenos de devoción para bañarse y realizar sus rituales o pujas a orillas del río Ganges, considerado por su religión no solo un río sino una diosa que purifica el karma cuando te sumerges en sus aguas.
Según el hinduismo, cuando una persona muere en Benarés o sus cenizas son esparcidas en el río en esta ciudad, finaliza su ciclo de muerte y reencarnación. Por eso aquí existen hospicios donde personas enfermas o ancianas pasan sus últimos días esperando a liberarse de ese ciclo en la ciudad sagrada y así ser incineradas en uno de los dos crematorios al aire libre que se sitúan a orillas del Ganges.
Estas creencias y prácticas otorgan a Benarés el honor de ser un lugar único en el mundo. Un lugar lleno de misticismo, de espiritualidad, un lugar donde muchos ascetas y monjes iluminados nacieron o pasaron parte de sus vidas (como los poetas y místicos Ravidas y Kabir o la maestra Anandamayi Ma). Un lugar en el que, además, se giró por primera vez la rueda del Dharma para el budismo pues Buda, después de su Iluminación en Bodhgaya, dio sus primeras enseñanzas sobre las Cuatro Nobles Verdades en Sarnath, a 14 km de la ciudad.
Pasear por las calles del casco antiguo nos traslada a otro tiempo. Las pequeñas tiendas de perfumes, inciensos, flores para las ofrendas, sedas, especias etc. son un estímulo para los sentidos. En cada pequeño rincón de la ciudad hay templos hindúes dedicados a diferentes dioses: Shiva, el dios de Benarés por excelencia, Ganesh, Kali, Durga, Krishna… Y detrás de las paredes de sus edificios a medio derruir podemos encontrar monasterios tradicionales donde viven los sanyasis o monjes renunciantes hinduistas, escuelas de enseñanza védica llenas de niños con la cabeza afeitada recitando los textos sagrados, o incluso la casa de algún ser que, quizá iluminado, hace su práctica en silencio y solo se deja ver al amanecer realizando sus pujas o rituales a orillas del río. Unas callecitas, sin duda, llenas de misterio y belleza.
Y aunque la globalización y el mundo moderno también han llegado a Benarés y algunas partes de la ciudad están colapsadas por el tráfico, en los ghats a orillas del Ganges la paz y la tranquilidad se respiran al pasear. Hay 85 ghats a lo largo del río, cada uno con su historia y su belleza particular. Algunos están muy activos, como Khedar Ghat o Assi Ghat; otros simplemente son utilizados por los chavales para jugar al cricket, por las búfalas para bañarse o por los lavanderos para tender sus coladas. Navegar en barca de remos por el río y ver la actividad de los ghats es una experiencia que llega al corazón de quien tiene la suerte de vivirla.
Porque conocer Benarés es conocer el corazón de India, es sumergirte en la cultura de un país en vías de crecimiento donde aún se conservan tradiciones muy ancestrales, es vivir una experiencia inolvidable que, sin duda, no nos dejará indiferentes…
Cristina Iglesias vive en Benarés. Promotora dela agencia Sangha Services y traductora del «Viaje de conocimiento a la cultura india», del 20 al 31 de marzo, además dirige una ONG junto con sus socio Ravi Dubey , natural de Benarés, licenciado en arqueología y con más de 12 años de experiencia en el sector turístico.
¿Te gustaría conocer Benarés esta Semana Santa? No lo dudes, y pincha aquí.