Cómo introducir el yoga en el aula

2015-11-27

En nuestro vecino continente, Latinoamérica, han aprobado oficialmente introducir el yoga en las aulas. Aquí en España vamos con retraso, pero sé positivamente que eso será así tarde o temprano, y ya estamos varios de nosotros (profesores y formadores) apostando por ello. Escribe Cayetana Rodenas.

Rainbow kids

Aquí os dejo algunas ideas que os pueden servir a los/las maestros/as de colegios:

1. Dedicar al menos 20/30 minutos del día, y si puede ser por la mañana mejor, para reunir a los niños en círculo, aunque sea sentados en sus sillas, si no hay espacio. Darse las manos todos y realizar unas cuantas respiraciones al unísono. Tú como profe marcas los tiempos. Por ejemplo: Inhalamos levantando los brazos hacia el techo con las manos enlazadas y exhalamos bajando los brazos y la cabeza hacia el suelo. Esto sería la postura de la flor en grupo, que se abre y que se cierra.

2. Tú, la/el profe, mira a cada uno de tus alumnos y les dices una palabra positiva, inspiradora y sincera a cada uno de los niños. Por ejemplo, fuerte, alegre, amoroso, bello, generoso, bonito, capaz, etc. Y si tienes tiempo, puedes dejar que los niños también califiquen a sus compañeros positivamente.

3. Proponer el tema del cuento de hoy para realizar las posturas de yoga correspondientes a la historia. Por ejemplo: Viajamos a la granja y hacemos las posturas de los diferentes animales y objetos (perro, gato, conejo, caballo, tractor, batiendo la mantequilla en pareja, etc). Aunque sólo sean 5-8 posturas al día es suficiente para ir integrando el yoga, ir aprendiendo las asanas de una manera divertida y a su vez ir obteniendo los beneficios correspondientes.

Para niños mayores de 8 años en lugar de un cuento podemos proponer una temática más abstracta, por ejemplo: amistad, no violencia, reciclaje, etc. Y crear una pequeña secuencia de asanas, individuales o en parejas-grupos que trabajen esos aspectos.

4. Se puede introducir también un juego de yoga, que puede ser más relajado o activo, dependiendo de lo que necesiten los niños. Por ejemplo:

  • Juego relajado: “Sentir la energía” (se realiza por parejas). Los niños se sientan con los ojos cerrados uno enfrente de otro y comienzan a frotar cada uno sus manos muy fuerte y rápido, hasta que sientan un fuerte calor saliendo de ellas, entonces las colocan con las palmas abiertas hacia su compañero, como si fueran a unirlas pero las dejan medio milímetro de distancia a las de su pareja. Decirles que sientan el calorcito y cosquilleo que sale de sus manos y el de su compañero/a. Que sientan que la otra persona está ahí aunque no la vean porque perciben su energía. Después de 1 o 2 minutos pueden abrir los ojos y darse un abrazo. Este juego es para cualquier edad, ya desde pequeñitos e incluso adultos.
  • Juego activo: Si hay espacio suficiente en la clase, se llama a un voluntario para que se quede frente a una pared y el resto de la clase de pie en la pared contraria. El/la que “la liga” queda de espaldas a sus compañeros/as y es como el juego de «1,2,3 el escondite inglés», pero en su lugar decimos “1,2,3 yoga quiero ver”. Los alumnos tienen que intentar llegar al que queda en la pared contraria, pero cuando él/ella se da la vuelta, sus compañeros están parados como estatuas haciendo una postura de yoga, la que cada uno de ellos elija, y si les ve moviéndose les manda otra vez a empezar desde el principio. O puede ser otra variación en la que el/ la que la liga puede decir en qué postura de yoga se tienen que quedar, por ejemplo: 1,2,3 el árbol quiero ver (perro, gato, águila,etc). También es un juego para plantear a cualquier edad, ya que estamos trabajando equilibrio, concentración, escucha, enfocar la atención, etc.

En el aula será incluso más divertido porque tenemos más obstáculos como los pupitres, sillas, etc, y los niños tendrán que ir esquivándolos.

5. Y ya para terminar una pequeña relajación en la que los niños descansan cerrando los ojos 2-3 minutos, ya sea en sus sillas o, si puede ser, en el suelo. Esta relajación se puede acompañar de una música bonita, sonidos de la naturaleza, cuento o poema inspirador, visualización guiada, etc.

Así los niños ya están listos para aprender con los cinco sentidos en marcha y activos ya desde por la mañana, y todo esto influirá muy positivamente en sus resultados escolares, carácter, comunicación con sus profesores-compañeros-familiares, su relación con el mundo que les rodea, etc. Con tan sólo 30 minutos de yoga al día…

Estas son unas pequeñas sugerencias, pero por supuesto que hay otras muchísimas maneras de ir introduciendo el yoga en el currículo escolar. Dependiendo de la edad de los alumnos se enfocaría de una manera o de otra, incluso también dependiendo del espacio, pero no hay ningún impedimento para practicar yoga en ningún lugar y bajo ninguna circunstancia, porque puede ser un yoga más físico algunas veces, más mental otras, o más emocional, pero al fin y al cabo todos podemos si nos lo proponemos!

Cayetana Rodenas, directora y profesora de Yoga&Kids.

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