Pranayama: reunificación de energías dispersas

2015-10-07

Prana es la energía cósmica que se individualiza en la persona y hace posible todas sus funciones psicosomáticas. Como energía cósmica se la conoce con el nombre de Shakti, y como energía individuada, con el de Prana. Escribe Ramiro Calle.

respiracion pranayama

Prana es el aliento, la energía, la fuerza vital, y todas las funciones  físicas, energéticas, mentales y emocionales no podrían tener lugar sin el Prana. Corre por los conductos energéticos y por las venas y arterias durante el día y se detiene en el pericardio durante la noche. Es la primera respiración en el individuo y será la última cuando prana, al morir, se retire del cuerpo. En el ser humano común se retira a través de los distintos orificios, pero en el yogui realizado el Prana emerge por la sutura de la cabeza y se funde con el universo. El Gran Aliento respira como aliento en la persona.

Somos como un batería de energía, un microuniverso o universo en miniatura. La energía se adquiere básicamente a través de la respiración, pero también mediante la alimentación, el descanso y el sueño.  Si nos lo proponemos, podemos aumentar nuestra fuerza vital, pero también, por descuido, podemos malgastarla.

El yogui se propone aumentar su vitalidad para poder así ponerla al servicio de su búsqueda interior y la realización de sí.

La consciencia es también energía y cuando se piensa, se dice y se hace con consciencia, se gana energía.

Este microuniverso que es el ser humano contiene los mismos elementos que están fuera: tierra, agua, fuego, aire y  éter. Mediante las técnicas yóguicas se aprende a regularlos y armonizarlos. A través de la acción correcta sobre Prana tambien se equilibran la flema, la temperatura, la linfa y el aire e incluso los elementos más sutiles se armonizan.

El equilibrio es salud; la ruptura del  equilibrio es enfermedad. El control sobre Prana favorece el sistema inmunitario, el metabolismo, el sistema nervioso y la mente. Hay una antigua definición de yoga que reza: «Yoga es la reunificación de las energías dispersas».

La fuente de Prana por excelencia es la respiración. Una respiración adecuada no solo favorece la oxigenación, sino la acumulacion de Prana y por tanto el mejor funcionamiento del cuerpo y de la mente. Prana y mente están estrechamente ligados y por eso en el yoga decimos que la mente es el jinete y la respiración es caballo.

Respiramos de quince a veinte veces por minuto. Hay que aprender a respirar más pausada y uniformemente. Una mala respiración es como una espina en el sistema nervioso que lo agita; una respiración regular es un verdadero bálsamo.

Tan estrecha es la interrelación entre la mente y la respiración, que todo estado de ánimo crea un tipo definido de respiración y toda clase de respiracón determinado estado de ánimo.No respiramos igual cuando estamos tranquilos o ansiosos, tensos o distendidos, preocpados o cofiados. Y de la misma manera que un estado de ánimo distorsiona la respiración, una respiración armónica favorece estados de ánimo positivos.

Se ha dicho: «No hay Hatha yoga sin respiración». Es inconcebible que haya profesores que ofrezcan clases de Hatha yoga sin ejercicios de control respiratorio o pranayama. El control respiratorio es esencial en el yoga, porque a través del mismo se conquista un estado de mente muy importante que se llama pratyahara o retracción sensorial, que favorece la fecunda interiorización y la captación de la naturaleza real que se esconde tras la mente ordinaria.

El pranayama es un medio idóneo para disolver el pensamiento y poder acceder al yo profundo. La mente quieta surge cuando hay una suspensión de la respiración, lo que denominamos en el yoga kumbhaka o retención del aliento, que no solo tiene como finalidad la de otorgar salud psicosomática, sino la de abrir un pasadizo hacia la mente profunda y serena, bien distinta de la caótica e inestable  de superficie, alterada por apegos y odios.

Tan importante es el pranayama o regulación y control del Prana que en la antiguedad surgió una escuela denominada de los pranavadins, que trabajaban sin descanso sobre la reunificación de prana. Para ellos ninguna técnica del Hatha yoga tenía real valor, más allá de lo puramente somático, si no se practicaba con asiduidad el pranayama.

Tan importante es el tema que vengo investigándolo desde hace medio siglo y estoy escribiendo una obra al respecto, recogiendo valiosos testimonios de mentores de yoga, tales como Surinder Sing, Dharma Mitra, Victor Martinez Flóres, Gustavo Plaza o Roberto Majano.

Dado que hoy en día muchos instructores solo muestran un degradado yoga-fitness, o que el Hatha yoga se enseña totalmente aguado y desdibujado, no se presta ninguna atención al pranayama, porque solo se busca la espectacularidad de la acrobacia corporal con posiciones que de por sí son innecesarias y más aún si no se apoyan con una sesión de pranayama.

Como somos criaturas básicamente respirantes, no es exagerado decir que por la conquista de la respiración a la conquista del espíritu. Respirar, pues, no solo para vivir físicamente, sino para hacerlo espiritualmente. Los pranavadins eran grandes expertos en el control respiratorio, como lo eran los auténticos faquires rasayani o faquires de la alquimia interior.

Mientras tanto, sigamos respirando, porque la otra opción ya sabemos cuál es. También hay que recordar que Prana también son los sentimientos, y que los buenos sentimientos nos saturan de Prana y los insanos nos lo roban. Si somos caritativos con nosotros mismos, mejor amar que odiar; mejor ser compasivo que cruel; mejor ser ecuánime que un deseqilibrado. Como el pez se alimenta, nace, vive, muere y se  reproduce en el agua, los seres humanos lo hacemos en el océano de Prana. Prana es un tesoro: no lo despilfarremos.

Ramiro Calle

RamiroCalleMás de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. Comenzó dando clases a domicilio y creó una academia de yoga por correspondencia para todo España y América Latina. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines. Ha hecho del yoga el propósito y sentido de su vida, habiendo viajado en un centenar de ocasiones a la India, la patria del yoga.

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