Desde que comencé a hacer yoga, he encontrado más cosas buenas que malas. Entre estas últimas, me resultan preocupantes y poco sanas el postureo y las actitudes elitistas que poco aportan a esta disciplina y a los alumnos. Escribe Rogelio Barreiro.
Entiendo que el yoga es y debe ser una actividad accesible para todo el mundo, independientemente de la condición física, edad y convicciones del practicante. Pues bien, en lo que llevo de tiempo practicándolo, me he ido encontrando con posturas y visiones bastante rígidas y hasta radicales al respecto.
Me refiero en concreto a aquellos que piensan que el yoga es sinónimo de principios e ideas relativas a ciertos hábitos alimenticios como el vegetarianismo o ciertos estilos de vida de índole religiosa e incluso sectaria.
En mi opinión, esta visión es excluyente, ya que contiene implícita la idea de que el yoga no es para todo el quiera o necesite practicarlo, sino más bien para aquellos que cumplan con determinados requisitos previos –lo cual es bastante absurdo puesto que en ese caso habría muy pocos practicantes-. Yo mismo, por ejemplo, soy instructor de artes marciales y nunca he rechazado a nadie por sus costumbres, hábitos o ideología, y lo mismo espero de los profesores de yoga. Tampoco soy vegetariano, pero no exijo a mis alumnos que lo sean, que coman de todo para tener el «priviliegio» de asistir a mis clases.
Además, el yoga no tiene por qué estar circunscrito a ningún tipo de creencia, aunque sea una disciplina de corte oriental, ya que las convicciones religiosas son una cuestión puramente personal, y de hecho, estas no influyen ni tienen ningún efecto real en la ejecución de las asanas en ningún momento.
Por tanto, creo que no es sano que se fanatice una actividad que tanto bien hace a las personas que se acercan a ella por el motivo que sea. Lo importante es respetar la libertad individual y el derecho a practicar por parte de los alumnos y ser tolerantes con las ideas de cada uno siempre que no interfieran en la práctica y la armonía del ambiente.
En definitiva, el yoga es las asanas por antonomasia. Hay que procurar guardase nuestras ideas para nosotros mismos y dejarlas fuera del estudio.
Rogelio Barreiro Magi es estudiante de yoga con tres años de práctica.
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