Fernando Fernández de Castro Fernández Shaw tiene un corazón tan grande como largos son sus apellidos. En él caben no sólo los tres tesoros del Buda, el Dharma y la Shanga, sino también la re-evolución social, en forma de huertos urbanos, proyectos culturales autogestionados, partidos políticos tan útópicos que no son de este mundo, etc. Escribe Joaquín G- Weil.Foto: Antonio Diestro Quijano. En la imagen, Salvador Sánchez.
En él se condensa un segmento de la Historia de España, y más allá de las fronteras. Fronteras que tuvo que cruzar amparado por el manto de estrellas y el sigilo de la noche, persiguido por quienes entonces, hace más de cuarenta años, tenían las pistolas. Conoció la cultura, la contracultura, la izquierda y la new left, y voló a lomos del caballo de una escapada química de las realidades convencionales. Para luego volver a este lugar de la mente llamado Málaga, Andalucía, España.
Así que no es extraño que el director y productor Moisés Salama, en equipo con Alejandro Alvarado y Concha Barquero, lo hayan elegido para, en un documental de vídeo, retratar a través de sus ojos una época convulsa que finalmente se remansa en el regazo de la meditación. Porque entre las grandes utopías que alumbra el siglo está la pretensión de Fernando de que los políticos mediten y los meditadores politiquen. Un poco como decía Platón: si no participas en política, te expones a que otros peores que tú te gobiernen. Y si le dejas, Fernando pone contra todo pronóstico a meditar a los activistas de las asambleas. Pero igual te abre un animado debate político, económico y social en mitad del vacío o sunyata de la Mente Zen.
Desayunando un día con ese gran artista de la imagen y la palabra que es Antonio Diestro Quijano, le esbocé con timidez mi idea de grabar un vídeo titulado provisionalmente El Yoga de Pablo Iglesias porque habría de tratar sobre ese difícil rompiente entre el desarrollo personal y la evolución social. La típica utopía platónica de que los sabios gobiernen o que los gobernantes se vuelvan sabios.
También le expuse la conveniencia de que Pablo Iglesias practicara yoga para aliviar su problema en la zona dorsal. Pero claro, esto mismo se podría aplicar a cualquier otro político español como, por ejemplo, Artur Mas, para sanar su tensión en las cervicales, por hacer una sencilla lectura yógica de cuerpos. Ya sé que en este país basta decir esto para haberse adentrado en un campo de minas. En mi descargo declaro que lo afirmado respecto a estos señores puede decirse no sólo de cualquier político, sino de cualquier persona, sin que sea menoscabo de nadie.
Antonio se rascó la cabeza cuando le hablé de lo que habría de ser la secuencia cumbre del vídeo: Pablo Iglesias Turrión haciendo sampai (o postración) zen ante el retrato de Pablo Iglesias Posse.
Antonio Diestro Quijano, que al igual que Fernando Fernández de Castro Fernández Shaw es un malagueño oriundo de Cantabria, no sólo tuvo la paciencia de escucharme sino que también respiró profundamente cuando visionó el material que bisoños habíamos grabado Rafael Medina, Toni Otero y yo. Dijo: «De acuerdo, haré un vídeo sobre esta idea, pero nada de lo grabado puede utilizarse». Me pidió varias decenas de páginas de texto en torno al asunto del efecto positivo del yoga y la meditación en la sociedad.
Luego abrió su cámara de alta definición y dejó que yo perorara ante ella en mitad de los Montes de Málaga. Le pidió a Laura Echeverría que leyera con su magnífica voz los textos pergeñados por mí. Grabamos a Patricia Sanagu y Juan Carlos Russo mientras repentizaban con sus amigos secuencias de acroyoga oyendo el inspirador y alegre son de Alice Hemmer y Julio Pedrosa. También grabamos realizando asanas sobre un piano de cola a Salvador Sánchez, que luce una coleta vagamente pabloiglesiana, aunque bastante más frondosa. Y por último a Mónica González Sáez dirigiendo una multitudinaria clase de yoga para familias durante la Fiesta del Deporte organizada por el Ayuntamiento de nuestra ciudad.
Antonio Diestro podó, cortó y pegó, añadió, ilustró y, en atinada filigrana, montó y editó un bonito vídeo que supera en mucho cualquer expectativa que yo pudiera cobijar. Por fin me pidió una palabra sánscrita que pudiera definir todo aquello.
Y, sin dudarlo, le dije: «Shambhala», el ideal de una sociedad evolucionada gracias al desarrollo personal de sus gobernantes y ciudadanos, y que se encamine a este mismo objetivo de mejora y evolución personal de toda la ciudadanía.
Este vídeo fue estrenado en la Sala Gades del Conservatorio Profesional de Danza de Málaga el 21 de junio de 2015 con ocasión del primer Día Internacional del Yoga, según declaración de la Asamblea General de la ONU.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=xCw-zCVuaIQ[/youtube]
Quién es
Joaquín García Weil es licenciado en Filosofía, profesor de yoga, director de Yoga Sala Málaga y coordinador pedagógico del primer curso con acreditación oficial en España. Practica Yoga desde hace veinte años y lo enseña desde hace once. Es alumno del Swami Rudradev (discípulo destacado de Iyengar), con quien ha aprendido en el Yoga Study Center, Rishikesh, India. También ha estudiado con el Dr. Vagish Sastri de Benarés, entre otros maestros.
Más información:
YogaSala. Yoga en el centro de Málaga.
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