Una larga serie de causalidades, sincronicidades, «coincidencias cargadas de sentido» o como se quiera decir, se tuvieron que dar para que me encontrase finalmente con Babaji y estuviera yendo a visitarlo a lo largo de varios años a Benarés. Escribe Ramiro Calle.
Era un sadhu que acostumbraba a sentarse día tras día frente al sagrado Ganges, y cuya presencia a nadie dejaba indiferente. Sus ojos era sorprendentemente hermosos y elocuentes y su sentido del humor, contagioso. Tuvimos ocasión de conversar muy a fondo. Estas conversaciones las he incluído en el libro que recientemente se ha publicado de Babaji titulado El misterio del planeta (Editorial ELA), que recoge sus más sentidos e inspiradores pensamientos. Incluyo ahora parte de algunas de esas fecundas conversaciones.
Babaji era un gran ser. Murió hace casi tres años, unas semanas después de que lo hiciera mi amado hermano Miguel Ángel, con el que yo viajé a Benarés ya en 1973, tras un largo recorrido por casi toda la India.
-¿No temes nada, Babaji? ¿Ni siquiera la muerte? -pregunto.
-Vida y muerte son lo mismo. Todos los días morimos al estar dormidos y el día que no despertamos es la muerte. Lo que hay que hacer es mirar, observar sosegadamente, sin preocuparse. ¡Hay tanta variedad! ¡Es todo tan extraño! Contempla, haz yoga físico y no te preocupes. No te preocupes ni siquiera con la muerte.
-Hago mucho yoga físico.
-El yoga físico es muy bueno para procurarle salud al cuerpo, pero la meditación es la meditación.
-¿Qué podemos hacer ante este gran misterio que es la vida, a veces tan pavoroso?
-Permanece sosegado -insiste-. No te preocupes. Ya ves cuántas variedades, cuántas especies, tanta multiplicidad. Miro, contemplo, observo… ¡Es todo tan extraño, tan misterioso! No entiendo nada, no comprendo nada, ¡todo es tan enigmático! Yo no sé nada, pero Él lo sabe todo. ¡Tanta multiplicidad!
-Es un gran misterio -apostillo.
-Solo a través de la experiencia interior resolverás el misterio. Pero no te preocupes nunca, no te desasosiegues, no te turbes ni te perturbes. Es mucho más fácil de decir que de hacer, desde luego. Todos somos como los dedos de una gran mano y tenemos que conectar con ella. de la que en realidad nunca hemos estado desconectados. En este sentido es muy útil e imprescindible la meditación. El corazon de todas las criaturas es el mismo, pero desde niños nos han superpuesto códigos, esquemas y así se ha formado el ego. ¿Y sabes una cosa? Es el ego el que se interpone entre uno mismo y lo más real.
Me recordaba a menudo:
-Hay mucha insatisfacción. No la puedes superar solo con bienes materiales. La gente está muy loca. Hay que adiestrarse en la ecuanimidad, en el equilibrio. Hay que contemplar todo como si fuera una película. La vida es nada, pasa muy rápidamente, unos pocos días y se acabó. Venimos a hacernos la foto y nos vamos. Pero hay que estar contento. Yo casi siempre estoy contento.
-Hay mucha codicia, Ramiro, mucha- me decía-. Los políticos son basura, basura. La política es una porquería. Insaciable codicia, sí. Pero todos tenemos dos cerebros: uno sagrado y uno demoniaco. Hay que desarrollar el sagrado, que es indulgencia, amor, compasión. El amor es lo más importante, lo verdaderamente esencial. Sin amor no hay nada, nada, nada.La meditación es el camino más directo hacia el Ser.
Era muy crítico con los gurús impostores. Decía:
-¡Tantos gurús falsos, que solo piensan en hacer ahsrams lujosos, tener grandes coches, afirmar su ego. Los verdaderos yoguis nunca hacen ostentación, no buscan vorazmente discípulos, no alardean. ¡Hay tantos falsos gurús!
¡Nos hemos cogido tantas veces las manos! ¡Tantas veces nos hemos abrazado! Me insistía:
-La meditación es maravillosa. Las religiones dividen, crean antagonismos. Las ceremonias no son importantes. Hay muchas superstición, mucha. Lo verdaderamente importante es la meditación. Hay muchas técnicas, muchas vías, pero lo mejor es la meditación. El yoga físico es muy bueno para el cuerpo y para las energías, pero la meditación es la vía hacia la Sabiduría. Mediante la meditación se vacía la mente para conectarla con el Poder Supremo.
Me entregó un cuadernito con todos sus pensamientos, que englobaba bajo el título El misterio del planeta. A veces me decía:
-Más y más preguntas de la gente. La gente viene y me pregunta mucho, ¿sabes? ¡A qué tantas preguntas si lo importante es el amor! El amor es la respuesta a todas las preguntas. ¡El amor!
Ramiro Calle
Más de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. Comenzó dando clases a domicilio y creó una academia de yoga por correspondencia para todo España y América Latina. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines. Ha hecho del yoga el propósito y sentido de su vida, habiendo viajado en un centenar de ocasiones a la India, la patria del yoga.
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