El termino hindú no se originó en la tradición védica. En la antigüedad, una diversidad de pueblos como el persa y el griego llegaron a las fronteras de India por el noroeste a través del paso Khyber y Golan. Escribe Óscar Montero.
Cuando cruzaron el río Sindhu encontraron un grupo de personas autóctonas que seguían un estilo de vida religioso muy estructurado. Con el fin de identificarlos, los invasores empezaron a darles el nombre de «hindus» y su estilo de vida como «hinduismo».
Se cree que los invasores les dieron, originariamente, el término de «sindhus», ya que vivían en las orillas del rio Sindhu, pero como el sonido «sa» se pronunciaba como «ha» en su lengua, se reemplazó, con el tiempo, el termino «sindhu» por la palabra «hindu».
El termino hinduismo se puede derivar etimológicamente como «him apaśabdam dūșayati khandayati iti hindu», que se puede traducir como: «Es un hindú aquel que destruye el adharma, la injusticia».
El hinduismo tiene su raíz en los Vedas. Existe una error común al decir que el hinduismo es una de las religiones en el mundo. Aunque es verdad que comparte ciertas facetas del dharma con otras religiones, este es único en que no tiene un origen histórico.
Aunque los historiadores pueden localizar el origen de diferentes religiones por sus respectivos fundadores o profetas, los sabios y santos hindúes nacieron en una tradición védica ya existente. Los avātaras (encarnaciones) como Rāma o Kṛṣṇa nacieron en esa tradición.
Incluso hoy, en la India rural, las personas no se identifican como hindúes o no ven sus normas como constituyentes de una religión. Su estilo de vida revela una cultura basada en los Vedas, como cuerpo de conocimiento entendido como una tradición. Siendo eterno, sanātana, esta tradición, también se la conoce como sanātana dharma.
Óscar Montero
Discípulo de Swami Dayananda Sarasvati, profesa su vinculación al sananatha dharma y ha tomado iniciación y upanayana. Cada año visita la India y estudia vedanta y sánscrito en los gurukulas de Swami Dayananda, donde ha podido acceder a una tradición de enseñanza viva que es capaz de transmitir un conocimiento y método a cerca de la realidad que, de otra manera, se calificaría como mística, e inefable, y por tanto, imposible de comunicar.
Desde finales de los años noventa se dedicó a las prácticas de Kundalini Yoga, disciplina en la que se certificó y enseñó durante cuatro años. Así mismo, conoce bien Ashtanga yoga, y finalmente, se asentó en el método Yoga Iyengar, del cual es profesor certificado, y miembro de la Asociación Española de Yoga Iyengar (AEYI).
Mientras que ha buscado asimilar las prácticas de las escuelas de yoga, siempre echó en falta el estudio sistemático de las escrituras hasta que
conoció a Swami Dayanada. Óscar es licenciado en Económicas y Empresariales y cursa actualmente estudios de Filosofía en la U.C.M.