Yoga en el hogar, en familia. Yoga en el colegio, en la educación. Yoga en los centros culturales y de salud. Si los niños acceden al yoga desde pequeños, el ser humano, la familia, la convivencia, la salud y la sociedad mejorarán radicalmente mañana. Hablamos de ello con Cayetana Ródenas, profesora muy experta de Rainbow Kids Yoga.
Ver a Cayetana Ródenas al frente de un curso de formación Rainbow Kids Yoga para adultos que trabajan con niños es un espectáculo, pues transmite toda la energía y la alegría intrínseca del yoga, dirigida a los objetivos que este exitoso método promueve. De ello hablamos con Cayetana:
¿Cómo beneficia a los niños el yoga que se aprende en la Formación de Rainbow Kids Yoga?
Los beneficios son múltiples:
- Mejora la fuerza y la flexibilidad
- Aumenta la fuerza emocional
- Alimenta la creatividad
- Ayuda a equilibrar el cuerpo y la mente
- Enseña autoaceptación y amor hacia uno mismo y hacia los demás
- Fortalece la coordinación, el equilibrio y la concentración
- Desarrolla la autodisciplina y el autocontrol
- Aumenta nuestra conciencia de la respiración
- Es no- competitivo
- Expande la conciencia de la naturaleza, de los animales y del entorno
- Ayuda a construir su fuerza interior y fomenta la cooperación y el trabajo en equipo
- Enseña a relajarse y a reducir el estrés
- Fomenta la compasión, la generosidad y el respeto
- Enseña a encontrar la paz interior
Y sobre todo.. .además hacemos el yoga divertido, bailamos, actuamos, cantamos, reímos, enfocándolo de una manera lúdica para que los niños conecten todos sus sentidos y emociones a través de la risa y el juego.
¿Cuáles son las aplicaciones del yoga de Rainbow Kids en la práctica: en los colegios, en casa…?
En el colegio introducimos el yoga como una parte más de la clase y lo incorporamos al temario o actividad que los niños estén realizando. Esta es, precisamente, una de las ventajas del yoga que enseñamos, al poderlo adaptar a cualquier circunstancia o escenario. Y para el colegio es una actividad muy beneficiosa, ya que los niños se estiran, fortalecen su cuerpo, fomentan su creatividad y capacidad de escucha, juegan a convertirse en animales y a viajar a países remotos a través de las posturas de yoga, van aprendiendo y creando consciencia sobre su respiración y cómo a través de ella pueden relajarse y concentrarse más... Todo ello dentro del ambiente escolar y respetando el currículo y materias que trabajan en clase.
En casa pueden practicar con los padres, fomentando así un vínculo más estrecho el uno con el otro, jugando y riendo juntos, practicando las posturas de yoga en pareja o en grupo con la familia, creando un ambiente distendido y sin estrés en el que podemos disfrutar y relajarnos juntos padres e hijos haciendo un paréntesis en la rutina diaria.
¿Cómo va evolucionando y difundiéndose esta forma de aplicar el yoga a los más pequeños?
Cada vez hay más interés por parte de colectivos infantiles, escolares o médicos, en integrar el yoga en la vida del niño. Sobre todo en otros países, como USA, en los que el yoga para niños lleva mucho más tiempo, y se han estudiado y observado los beneficios que conlleva su práctica con los más pequeños. Cada vez tenemos más alumnos de todo el mundo que participan en nuestros cursos con el objetivo de poder introducir el yoga en la infancia, algunos son ya profesores de yoga, otros muchos son profesores de colegio pero también un gran porcentaje de participantes que tienen profesiones estresantes o muy demandantes y ven esta oportunidad como un cambio importante en sus vidas para comenzar con una nueva profesión como profesor de yoga para niños y familias.
Sé que poco a poco y a medida que pase el tiempo, el yoga se irá convirtiendo en parte del currículo escolar también.
¿Cómo mejora la relación entre padres e hijos?
El yoga es unión en todos los sentidos, y no menos también en la relación padres/hijos. Actualmente vivimos en una sociedad frenética donde la palabra tiempo prácticamente no existe, a no ser que esté marcada por una agenda repleta de actividades y compromisos, y, tristemente, en la mayoría de los casos los niños también se ven afectados por esta «falta de tiempo» que impera en el siglo XXI.
A través de la práctica del yoga juntos, ayudamos a recuperar ese tiempo de calidad en el que pueden disfrutar juntos padres e hijos y olvidarse por unos minutos de la realidad cotidiana para pasar un tiempo en convivencia, aprendiendo, jugando, mimándose y conociéndose más. Indudablemente, afianzamos la relación padre/hijo afianzando así la autoestima de los pequeños. Y simplemente con hacer unos minutos al día de yoga juntos podemos obtener unos beneficios inconmensurables que van a determinar un tipo de relación mucho más sana, consciente y plena entre padres e hijos.
¿Qué contestarías a quienes critican que el yoga se tome por un juego?
Bueno… Lo primero de todo te contestaría que me da pena… Personalmente creo que no sólo el yoga, si no la vida en general, puede ser tomada como un juego, y sin querer eso decir que sea más o menos seria. El juego es una actividad social inherente al ser humano desde los tiempos más remotos, y parece ser que a medida que vamos creciendo implica que dejamos de jugar para irnos convirtiendo en personas «serias».
A través de nuestro curso, pretendemos recuperar esa capacidad lúdica que tenemos cada uno de nosotros, porque a través de conectar con el juego vamos también conectando con otras partes de nuestra personalidad, traspasando límites, barreras, prejuicios, sentido del ridículo, etc., que lo único que hacen es alejarnos de nuestra esencia para someternos a un estilo de vida establecido por nuestra sociedad como el estilo válido y correcto.
Cuando recuperamos esa capacidad de juego, automáticamente nuestra personalidad se abre, se hace más receptiva, expansiva y comprensiva y aprendemos a comunicarnos de diferente manera con las personas que nos rodean y son parte de ese «juego» también.
A través del juego aprendemos mucho más rápido y con mucho más interés y de hecho las corrientes educativas alternativas promueven este aspecto en la enseñanza, al igual que fomentan la inteligencia emocional, mucho más que cualquier otro, y está sobradamente demostrado que funciona.
Los niños son más felices, se interesan mucho más por el entorno y por ellos mismos y les genera un estado de «no competividad» muy sano al no sentirse inferiores o superiores por ganar o perder, porque en nuestro juego todos somos ganadores desde el comienzo hasta el final.
¿Y sabéis quiénes son los que más disfrutan de los juegos en el curso? Los adultos. Lo necesitamos y es hasta terapéutico. Varios alumnos adultos al final de la clase vienen con lágrimas en los ojos y me dicen: «Gracias, porque no sabía lo que era jugar de esta manera y ahora me siento mucho más conectad@ con mi parte niño que no he tenido la oportunidad de disfrutar cuando lo fui».
Y como este hay tantos casos de adultos que nunca fueron niños y empiezan a recuperar esa parte de sí mismos después del curso y de pasar tres días riendo y jugando sin parar; en definitiva, siendo felices sin ser juzgados, que es lo que pretendemos con los peques también, desde el comienzo de sus vidas.
Y a la gente que cuestiona o critica que el yoga sea tomado como un juego, les diría que jueguen más y que juzguen menos, ¡¡¡y luego que me lo cuenten!!!!
¿Qué ventajas personales y salidas profesionales tiene formarse en RKY?
A nivel personal te diría que el curso es muy transformador en muchos aspectos. No sólo lo digo yo, sino los propios alumnos, que salen con una energía y una apertura de mente para comenzar una nueva manera de ver la vida y enfocarla así a la hora de dar clases, pero también aplicándola en su propia vida.
Este no es sólo un curso de formación, es también una nueva visión de enseñar; es una nueva visión de entendernos a nosotros y de amarnos para poder amar así a nuestro entorno; es una nueva puerta que se abre para mostrarnos delante un mundo de cosas maravillosas que aprender y otras no tan maravillosas de las que aprender también para hacernos más íntegros, fuertes, conscientes y consecuentes; es aprender a tener en armonía pensamiento, sentimiento y manera de actuar.
En definitiva, nos ayuda a entender y encontrar la felicidad desde dentro hacia afuera para poder transmitírselo tanto a niños como adultos. Nosotros en el curso sembramos esa semilla pero es ya cada alumnos el que irá floreciendo a su manera y a su ritmo pero por lo menos ya con los ojos y el corazón bien abiertos.
A nivel profesional, nuestro curso está certificado por tres organismos del yoga internacionales: Yoga Alliance USA, Yoga Alliance UK y Yoga Alliance Australia, por lo tanto eso garantiza que es un título reconocido de yoga para poder enseñar en cualquier parte del mundo. Al ser una compañía tan internacional y dar cursos en muchísimos países distintos, el método Rainbow Kids Yoga está muy bien valorado y es buscado por muchos centros de yoga y colegios. Por lo tanto, generalmente es muy fácil encontrar trabajo o empezar como profesor de yoga para niños y familias desde recién terminada la formación.