Hace un mes animamos a los lectores de Yoga en Red a publicar sus vivencias con el yoga. Hoy publicamos cuatro preciosas reflexiones. Son una joya porque expresan con frescura, precisión y honestidad cómo transforma el yoga a quienes lo practican. El próximo jueves día 29 de enero se celebrará el sorteo y enviaremos a los dos ganadores los regalos de YogaYe.com.
Ante todo, damos las gracias de corazón a todos los lectores que acudieron a la convocatoria y compartieron sus vivencias, singulares e íntimas.
Hemos hecho una selección obligada por el tiempo y la extensión disponibles, pero también hemos elegido estos textos porque logran expresar de una forma muy precisa y sincera lo que con frecuencia no logran trasmitir los libros o los sesudos profesores acerca de las transformaciones que opera la práctica del yoga. Ese era el objetivo que perseguimos al convocar a nuestros lectores a compartir sus confidencias, y lo han logrado con creces.
Carmen Portela: «Me descubrió una fortaleza que no sabía que tenía»
Ocho años practicando. Recibe clases en Madrid.
Cuando he leído vuestra propuesta de contar qué es el yoga para mí, me ha encantado y me he puesto a ello. Al empezar a pensar qué es para mí el yoga, me he dado cuenta de lo difícil que me resultaba encontrar las palabras adecuadas que realmente pudieran mostrar a quienes lean esto la importancia del yoga en mi vida.
Ha sido un cambio fundamental a todos los niveles, pero en un primer momento, y por extraño que resulte, lo fue a nivel mental. En un momento de profundos cambios en mi vida, el yoga me dio una fortaleza para enfrentarme a ellos que no era consciente de que tenía. La seguridad en mí misma, la templanza y el encarar cada momento, aquí y ahora, aceptando cada situación, fue y es fundamental en mi día a día.
Y poco a poco, el cambio ha llegado a nivel físico, la elasticidad, la tonificación, el querer mimar y cuidar mi cuerpo. Y el siguiente paso fue incorporar la meditación. Increíble también.
Recomiendo la práctica de yoga a todos mis familiares y conocidos, creo que ése es el mejor regalo que le puedes hacer a alguien a quien quieres.
Javier Zambrano: «Mayor tolerancia hacia mí mismo y la frustración»
Siete años practicando. Autodidacta.
Estudié Educación Física por Magisterio tras una licenciatura en Humanidades y un doctorado. Sentía que la conciencia del cuerpo era una vía privilegiada para estimular, modificar, regenerar y desarrollar los elementos cognitivos, afectivos y sociales… y la visión deportiva de la educación física no lo destacaba precisamente.
Sólo las áreas rítmico-expresivas y la Educación Física en las primeras etapas de la infancia recogían esta visión (más cercana a la terapia motriz y la estimulación temprana que a una visión integral y permanente en la relación con el cuerpo y su incidencia psicofisiológica: respiración, propiocepción, socialización a través de la expresión, de la interpretación rítmico-musical…). Entonces empecé a leer a Indra Devi, en una obra de una editorial de bolsillo argentina adquirida en una feria local del libro. Empecé a practicar yoga… hasta que más lecturas y esa primera sadhana de ensayo/error me llevó a contactar con profesores, practicar colectivamente y querer hacerme instructor.
El yoga me aporta mayor tolerancia conmigo mismo y hacia la frustración en general. La capacidad de adaptación de la práctica a mi desarrollo/limitaciones físicas y psicosociales me ha permitido pasar de un yoga más o menos externo, malabarista y físico a un yoga más interno de autoconocimiento y crecimiento personal. Pranayamas y Pratyahara, conciencia del cuerpo para lograr una atención relajada y una percepción del entorno más ajustada y equilibrada donde las emociones puedan ser también… observadas y crezca la autonomía, la serenidad y el respeto.
Verónica Gálvez: «También te enseña que no todo tiene respuesta»
Practica hace cinco años y actualmente vive en Sidney, Australia.
Empecé a hacer Yoga Iyengar hace tres años y medio, siendo totalmente escéptica a mejorar algo que no fuera mi dolor de espalda. Poco a poco el yoga me ha ido envolviendo, se ha convertido en algo cotidiano para mí y, sin esperarlo, ha acabado siendo una ayuda en muchos aspectos de mi vida.
El yoga me ha hecho una persona más abierta, más flexible mentalmente, más tolerante. Me ha enseñado a no juzgar (¡o a juzgar menos!). Me ha hecho menos exigente conmigo misma y con los demás. Me ha mostrado la importancia que tiene aflojar el ritmo, ser paciente, tomar tiempo.
Me ha enseñado a cultivar la paciencia, pero también me ha enseñado qué es el progreso. Me ha enseñado que puedes hacer cosas que nunca imaginaste y que vienen solas, sin forzar (nunca me vi haciendo sirsana al principio, por ejemplo).
El yoga me ha permitido tener autoconciencia de mi cuerpo (sí señores, ¡vivimos en nuestro cuerpo sin conocerlo!), y me ha hecho sentir más segura con mis formas. El yoga ha apaciguado mi mente y mi alma.
Nada de esto ha sido buscado o consciente, sino que progresivamente se ha ido asentando en mi persona sin saber muy bien cómo. El hecho de aceptar que no entiendo cómo esto ha ocurrido, ya es un indicador del efecto que el yoga ha tenido en mí. Aprender que no todo tiene una respuesta es algo que el yoga también te enseña.
Laura Estévez: «Me ayuda a controlar y manejar las energías y emociones»
Un año practicante como alumna en Valladolid.
No llevo mucho tiempo practicando yoga desde que empecé, pero ha sido un cambio en todos los aspectos de mi vida. Desde la primera clase que di me enganché, y desde entonces lo practico todos los días. Para mí no es ningún esfuerzo, pues es de las cosas que más beneficios aporta en mi vida, tanto física como mentalmente.
Mi percepción del yoga no es solo la práctica con fines físicos o de mejorar mi cuerpo. Para mí practicar estas artes hace que me sienta bien, en paz y con el cuerpo y la mente centrados y alineados, y me ayuda a aprender cómo controlar y manejar las energías y emociones que nuestro cuerpo y mente suelen expresar con los distintos estímulos que recibimos a lo largo del día (los enfados, las alegrías, las desilusiones etc. ) Me ayuda en fin a controlar el ego que tenemos y que tanto nos influencia sin que la mayoría de las veces nos demos cuenta.
No solo me supone realizar los asanas, para mí yoga es, aparte de la práctica indispensable, el conocimiento continuo, investigar, leer y explorar en la mayor medida posible todo lo relacionado con estas artes tan antiguas que albergan innumerables conocimientos.