En las tres etapas anteriores, meditación integral, dimensión transpersonal, dimensión personal, hemos profundizado en los instrumentos internos de conocimiento. Definen lo que podemos llamar la psicología del yoga. En las dos ultimas fases profundizamos en los órganos de percepción y acción que materializan nuestra forma de sentir. Escribe José Manuel Vázquez.
Hemos puesto en evidencia en qué creencias, ideas y emociones invertimos nuestra energía. Ahora vamos a descubrir cómo son los intercambios de energía con el mundo exterior. Cualquier circunstancia externa es buena para conocer las causas y las consecuencias de nuestros actos.
El objetivo último de la meditación integral es desarrollar individuos saludables, conscientes, creativos y plenamente integrados en el mundo y transformar, en la medida de lo posible, la vida en una reveladora meditación.
Sexta parte: las interacciones con el mundo.
Punto focal: la parte baja de la espalda. El área lumbar y la cadera.
Empezamos por ser conscientes de los estímulos que recibimos y de cómo respondemos a ellos. Observamos lo que nos aporta energía y lo que nos desgasta, aquello que nos permite crecer y lo que nos estanca. Observamos nuestros deseos y tendencias, nuestras expectativas y prejuicios. Observamos cómo nos sentimos atraídos por aquello que complementa y compensa nuestros desequilibrios.
Septima parte: la identidad ampliada.
Foco de atención: el coxis, perineo, las piernas y los apoyos en la tierra.
Observamos cómo respondemos a las demandas que hace el mundo de nosotros según la imagen que manejamos de nosotros. Observamos en qué lugares hunde sus raíces nuestra identidad. Nos reconciliamos con el rol que tenemos en la vida. Nuestra herencia más profunda nos define. Entendemos que todos somos formalmente diferentes y esencialmente idénticos. Por primera vez habitamos por completo nuestro cuerpo y sus posibilidades de despertar. Somos esencialmente animales que hemos desarrollado una conciencia extraordinaria del universo en el que habitamos.
Todo lo que sucede es susceptible de ser usado como objeto del conocimiento.
Algunas dificultades con las que nos podemos encontrar:
Si ponemos el foco de atención sólo en la dimensión material buscaremos la felicidad exclusivamente en la consecución de logros o en la satisfacción sensorial. Nos veremos envueltos en juegos de poder, competición e insatisfacción continua.
Los altibajos energéticos. Son una señal de que estamos atrapados en un bucle energético. La ausencia de energía vital, el cansancio, la desorientación, la desmotivación. Perseguir objetos sensoriales motivados erróneamente drena irremediablemente nuestra energía. El exceso de energía orientada a la satisfacción irracional de nuestros deseos intoxica nuestra mente narcisista y nos desconecta de la realidad.
La inseguridad puede provocarnos celos, miedo, indecisión, rivalidad y suspicacia.
En general todas las conductas neuróticas porque son repetitivas, insatisfactorias y conducen a una mala adaptación:
- La ira (la confrontación con aspectos rechazados nos hace querer suprimirlos y descalificarlos),
- La vanidad (nos creemos algo que no somos porque pensamos que lo que somos no es suficiente),
- La envidia (creeremos merecer lo que los otros tienen cuando lo que tenemos no nos proporciona felicidad),
- La codicia (acumulamos riqueza y honores tratando de llenar el vacío de nuestra desconexión con el ser),
- La inseguridad (necesitamos que los demás acepten los aspectos rechazados de nuestra personalidad),
Algunos beneficios de la dimensión material:
- Ser conscientes de donde invertimos nuestra energía y por qué.
- Atrevernos a ser más creativos. El placer sin culpa. Entregarnos al flujo de energía que nos hace sentir ligeros y apoyados en nuestras decisiones.
- La alegría. Entregarse al juego de la vida. Cada reto tiene su solución. Cada enigma su respuesta. Todo empieza y acaba. El final es el comienzo de algo. Todo es una oportunidad.
- La compasión. Aceptar la variedad de expresiones del ser en la multiplicidad de la vida.
- Sentir la unidad de todo lo que existe.
- El paso satisfactorio por las diferentes etapas de la vida.
- La ira sin violencia. La persistencia en la verdad impulsa nuestra crecimiento y crea una gran fuerza moral.
- La salud, entendiendo por tal la capacidad que el individuo tiene de responder y evolucionar en situaciones de desequilibrio, mental o emocional.
Quién es
José Manuel Vázquez creó su escuela, Yoga Orgánico, hace 12 años, donde da clases y la dirige. Es formador de profesores de yoga. Es presidente de la Asociación Shiva-Shakti de Yoga Integral, profesor certificado por Yoga Alliance y la Asociación Española de Practicantes de Yoga (AEPY). Ha escrito el libro, Manual de yoga integral para occidentales (Alianza).