Sigue la serie de artículos sobre las Enseñanzas del capítulo dos de la Bhagavad Gītā (ver el primero aquí y el segundo aquí) , uno de los más importantes, ya que resume la totalidad de la enseñanza y expone, de forma sintética, sus dos temas esenciales: el autoconocimiento (ātma-jñānam o Brahma-vidyā) y el conocimiento del yoga (yoga-vidyā). Escribe Óscar Montero.
Arjuna es un hombre moral y de gran justicia, sin embargo, no es un sabio, y por tanto, se toma a sí mismo (y a los demás) como únicamente el cuerpo, los sentidos o la mente, y por tanto, con todas sus limitaciones derivadas que hacen que se vea insignificante, pequeño, limitado, inseguro, insatisfecho, etc.
Esta búsqueda de seguridad y felicidad interminable revela que el individuo lo que realmente anhela no es otra cosa que librarse del sentido de infelicidad, de inseguridad, en otras palabras, lo que íntimamente uno desea es la eternidad, la plenitud, lo ilimitado, sin embargo, tratamos de resolver esa búsqueda fundamental en los fines temporales y limitados de la seguridad (artha) y los placeres (kāma). Este intento de solucionar el problema fundamental no sólo es ilógico sino que nunca conducirá a una solución definitiva sino a la vida del devenir (saṁsāra).
Kṛṣṇa plantea el tratamiento a este problema con una única solución: tal vez ya sea ilimitado, pleno, completo y eterno pero no sea capaz de reconocerlo, es decir, que sea ignorante de mi verdadera naturaleza. Una naturaleza ya conseguida pero no reconocida. Si esa naturaleza ya está conseguida pero no reconocida, el principal problema es uno de ignorancia y la solución es el conocimiento de lo que ya es. El tratamiento al problema ha de estar en concordancia con la naturaleza del problema. Si el problema es de ignorancia, la solución ha de ser en la forma de conocimiento. La acción no es opuesta al conocimiento. Sólo la luz del conocimiento remueve la oscuridad de la ignorancia. Y para adquirir conocimiento del sí-mismo (ātman), siendo el sí-mismo algo que no es posible objetivar porque no es un objeto más en el mundo, sino la sustancia del propio sujeto, así, es necesario acudir a un medio de conocimiento que sea capaz de arrojar luz sobre algo que escapa a los medios convencionales de adquirir conocimiento (sentidos, inferencia, deducción, analogía, …).
Este discernimiento básico ha de estar claro a la hora de tener clara la ruta espiritual. Para adquirir conocimiento que sea capaz de revelar mi auténtica esencia he de exponerme a un medio de conocimiento (pramāṇa) como las Upaniṣads o la Gita manejado por un guru que sea capaz de eliminar las nociones errores al mismo tiempo que mostrar mi svarūpa (naturaleza). Para eliminar la ignorancia Arjuna se expone a la enseñanza del maestro Kṛṣṇa en al forma de diálogo hasta que al final del capítulo dieciocho.
Arjuna ha de descubrir cuál es la forma esencial del individuo para poder entender que, en realidad, sus lamentaciones son ilegítimas por falta de discernimiento entre lo real, y lo irreal, entre lo permanente y lo efímero.
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