Amable Díaz, profesora de la Asociación Española de Prácticantes de Yoga (AEPY) desde 1983 y formadora de profesores, ha escrito este interesante artículo cuya primera parte la publicamos el lunes pasado y que puedes ver en este enlace. Estructuras a través de las cuales fluyen la energías yóguicas, según el Tantra (Nadis, Chakras y otros circuitos energéticos)
En este resumen didáctico, presentamos las diferentes estructuras energéticas, por separado y de manera esquemática, a fin de que resulte más fácil su comprensión y retención, sin olvidar que el cuerpo energético es un conjunto, semejante en muchos aspecto a nuestro cuerpo denso. En ambos ejemplos, el conjunto final es ya un todo, con cualidades diferentes a lo que representaban sus elementos constituyentes.
Los nadis son canales por los que fluyen diferentes tipos de energía. Según la tradición yóguica existirían setenta y dos mil, aunque los más conocidos son Ida, Pingala y Sushumna y, quizás, en el momento actual de nuestro desarrollo evolutivo, los únicos, sobre los se pueda trabajar, cuando practicamos Yoga.
En cuanto a los llamados “nadis periféricos” de los chakras, ciertas escuelas tántricas hablan de una correspondencia entre el número de pétalos de cada uno de estos centros, si esta realidad fuese un hecho, habría de ser una correspondencia bastante compleja dado que el número de pétalos va variando de un chakra al otro, sin causa u orden aparente. Así por ejemplo, Mûlâddhâra posee cuatro y svâdhisthâna seis.
Por Ida y Pingalâ fluye el prâna, bajo forma de energía vital por el primero de ellos; y de energía mental por el segundo.
Por los nadis periféricos de los chakras asciende la energía del chakra inicial que se comunica con el inmediato superior, y así hasta llegar a âjñâ, siempre en sentido ascendente.
Los nadis que acabamos de citar, en condiciones de normalidad se encuentran siempre en funcionamiento con mayor o menor flujo energético. Sin embargo, Sushumna es un canal hueco y vacío por el que ascenderá la kundalini, cuando ésta sea activada. Además, para que este cambio suceda, en Sushumna, será necesario que se hayan desbloqueado previamente los granthis (nudos) de Brahma en mûlâdhâra, de Vishnú en anahâta y de Shiva o Rudra en Âjñâ.
Los nadis Ida y Pingala poseen volumen y, pese a que nos pudiera parecer que se cruzan entre sí, al verlos gráficamente, no es así, pues cada uno de ellos transporta su propia energía y no hay más contacto entre ellos que el roce de la capa externa.
Sushumna, es igualmente independiente en su estructura y función.
En último término, resulta necesario señalar que entre nadis y chakras existen los siguientes elementos comunes:
– Ambos pertenecen al cuerpo energético.
– Por ellos siempre circula energía (salvo Sushumna), aunque de naturaleza diferente y conectan el cuerpo físico con el energético.
Nadis:
– Ida→primer chakra y llega hasta âjñâ.
– Pingala→ primer chakra y llega hasta âjñâ.
– Sushumna → primer chakra y llega hasta sahasrâra
- Chitrini
- Vajrini
- Brahmanadi
Chakras:
- Mûlâdhâra → cuatro nadis que conectan su energía con la del inmediato superior.
- Svâdhithâna → seis nadis.
- Manipûra → diez nadis.
- Anahâta → doce nadis.
- Vishuddhi → dieciséis nadis.
- Âjñâ → dos nadis.
- Saharâra → mil nadis.
Otros circuitos energéticos:
– El de amrit → bindu visarga → ajñâ→ vishuddhi → bindu visarga → âjñâ →vishuddhi.
– El arohan (cara anterior del cuerpo, kshetrams) → mûlâdhâra → svâdhisthâna → manipûra → anahâta → vishuddhi → bindu visarga → âjñâ → vishuddhi.
– El awarohan (cara posterior del cuerpo, origen de los chakras) → vishuddhi → anahâta → manipura → svâdhisthâna → mûlâdhâra.
El circuito de Amrit
En Yoga, en lo referente a Amrit, se conocen dos circuitos principales sobre los que se puede actuar: uno destinado a incrementar la secreción de amrit, y el otro a su reutilización.
Para cumplir la primera función podemos recorrer mentalmente el siguiente circuito: bindu visarga → vishuddhi → âjñâ →bindu visarga, conviene repetirlo varias veces, si quisiéramos cerrarlo, para que el amrit no se pierda deberíamos realizar khechari mudrâ con frecuencia.
En lo referente a su reutilización, cuando dicha substancia ha llegado ya al ombligo, se la puede reconducir haciendo el recorrido inverso manipûra→ anahâta →vishuddhi. Este recorrido lo propician, de manera natural, las posturas invertidas y semi-invertidas.
De todas formas, lo que aquí señalamos es la manera directa de estimular y de realizar una toma de conciencia real del amrit, pero sobre ella repercuten también los beneficios generales que nos aporta el conjunto de la sesión de Yoga.
El Arohan y Awarohan (canales psíquicos)
Los recorridos energéticos de Arohan y Awarohan poseen los beneficios de los que nos habla la tradición yóguica, a largo plazo, pero en la inmediatez de la sesión de Yoga también nos permite destacar otras ventajas:
– Paso directo a la conciencia testigo, dejando en pleno descanso el cuerpo físico.
– Toma de conciencia de la realidad profunda.
– Facilitan la percepción de la realidad psíquica ya que permiten la desconexión del yo, a través de la experiencia de la conciencia testigo o conciencia psíquica.
El recorrido de Arohan (cara anterior del cuerpo) se inicia en la proyección de mûlâdhâra y va hasta la proyección de vishuddhi; desde aquí, se conecta, por el interior de la garganta y de la cabeza, con Bindu visarga.
La vía que corresponde a Awaroham (cara posterior del cuerpo) parte de bindu visarga, va hasta el origen de âjñâ, de vishuddhi, y termina en el origen de mûlâdhâra.
Estos circuitos se encuentran situados en la superficie del cuerpo denso (sthula saharira), y, por ellos, fluye la energía prânica o psíquica, si bien la naturaleza de estas energías es interpretada de manera diferente por cada línea o escuela hindú.
En Yoga, estos circuitos se trabajan con diferentes técnicas:
- físicas
- respiratorias
- atencionales
- vibracionales
- purificadoras, etc.
Y, entre todas ellas, destacan los llamados kriyas (purificación de los nadis )
Chakras
Según el tantrismo, los chakras, junto con los nadis, configuran la estructura del cuerpo energético; poseen conexiones con el cuerpo físico a través de los plexos nerviosos, y su estimulación mejora el funcionamiento de los órganos internos, de los sistemas (circulatorio, linfático, etc.) y de las glándulas de nuestro organismo; sobre ellos influye, igualmente, la energía cósmica.
Cada chakra se define como un centro con naturaleza y función propia, aunque, entre ellos, existe una interconexión a través de los nadis periféricos; además de esta naturaleza específica absorben prâna y la transforman en otras energías.
Los chakras pueden quedar bloqueados por tensiones físicas, mentales o psíquicas; de hecho, en relación con la kundalini, y según la tradición tántrica, existirían, de manera innata, tres nudos, llamados Granthis: El primero, Brahma granthi (situado en mûlâdhâra), el segundo, Vishnú granthi (ubicado en anahâta) y el tercero, Shiva granthi (coincidente con âjñâ chakra). El desbloqueo de estos tres nudos es previo e indispensable para el ascenso de la kundalini.
Chakras Mayores
- Mûladhâra
- Swadhistâna
- Manipûra
- Anahâta
- Vishuddhi
- Âjñâ
- Sahasrâra
Chakras Menores:
- Bindu visrga
- Lalana chackra
- En las articulaciones
- En la planta y en las yemas de los dedos de los pies
- En la palma y en las yemas de los dedos de las manos
Estructuras a través de las cuales fluye la energía (según el Vedanta)
En la tradición vedantina, se explica la realidad del sujeto humano a partir de una compleja estructura compuesta por tres cuerpos con diversas capas cada uno de ellos. Y en el núcleo más central de la persona, se halla Purusha (el espíritu).
En cuanto a los tres cuerpos, el primero, Sthula saharira (cuerpo denso), está recubierto por dos capas: annamaya y prânamaya kosha.
El segundo, Suksma saharira (cuerpo sutil), está envuelto también por dos capas: vijñanamaya y manomaya kosha.
El tercero, Karana saharira (cuerpo causal) aparece rodeado por una sola capa: anandamaya kosha.
Estos cuerpos son presentados como configuraciones energéticas, y cada uno de los cuales procede de una cualidad específica de la materia (gunas); por ello poseen su propia vibración.
El más externo, cuerpo denso/físico, ya mencionado, es el cuerpo físico que necesita de alimento y de respiración y esta constituido por una cualidad de materia densa, por ello nuestros sentidos lo pueden captar y ver. El segundo (cuerpo sutil) resulta invisible a nuestro sentidos, y también su vibración es imperceptible, necesitando del cuerpo denso para subsistir, si bien sus funciones son cualitativamente distintas, por ser intangibles. El tercero (cuerpo causal), es aún más fino que los dos anteriores y su naturaleza es todo beatitud. Finalmente, en lo más recóndito, se halla Purusha, el espíritu, protegido u oculto por los tres cuerpos anteriores.
Es necesario tener presente, en relación a los cuerpos y sus capas, que existe cierta controversia, pues a veces se atribuye a los cuerpos, en sí mismos, una estructura con funciones propias y, en otras ocasiones, se presentan los cuerpos representando sólo la estructura y atribuyendo a las capas la función.
La energía de estos cuerpos y sus capas se interconecta entre sí, generando un dinamismo energético que puede ir de fuera hacia dentro o a la inversa; en el primero de los casos, la respuesta energética depende de las acciones, pensamientos, emociones, estados de ánimo, bloqueos y conflictos que tenga cada sujeto. En el segundo caso, el flujo energético se inicia en Purusha (espiritu) y su fuerza y poder van atravesando cuerpos y capas hasta llegar a lo más denso.
El Yoga puede influir positivamente en la dirección de los dos flujos energéticos, gracias a la variedad de técnicas que contiene y a la aplicación específica que de ellas se puede hacer.
De fuera hacia dentro, operan de manera más directa los âsanas y las respiraciones, los mudrâs externos y los kriyas (purificaciones).
De dentro hacia fuera, son más eficaces las técnicas mentales, los mudrâs internos, la práctica de vairagya (desapego), sakshi (conciencia testigo) y la meditación.
En este segundo caso, es igualmente muy apropiado, situar la atención en los distintos cuerpos, en las capas e incluso en Purusha, cuando realizamos respiraciones, hacemos los movimientos de Sûryanamaskar, recitamos los mantras o, finalmente, cuando se hacemos vibraciones.
Esquema
– Cuerpos:
— Sthula saharira.
- Annamaya kosha → está configuarada por el alimento
- Prânamaya kosha → formada por el prâna, está situada entre el cuerpo denso y el sutil.
— Suskshma saharira.
- Vijñanamaya kosha → representa el conocimiento mental y psíquico
- Manomaya kosha → está referido al pensamiento
— Karana saharira.
- Anandamaya kosha → contiene el sentimiento de plenitud y felicidad.
Amable Díaz es profesora de la Asociación Española de Prácticantes de Yoga (AEPY) desde 1983, y formadora de profesores, con escuela propia en Madrid, desde 1995: Centro de Yoga Pantanjali.
Discípula de Eva Ruchpaul, conocedora de las enseñanzas de B.K.S. Iyengar y de André Van Lysebeth. Psicóloga clínica en ejercicio.
Ex-Presidenta de la AEPY y Ex-Presidenta, durante cuatro años, de la Comisión Pedagógica de la Asociación Europea de Yoga (UEY).
Durante más de veinte años, viene ejerciendo con seriedad y respeto esta noble disciplina, vinculando su actividad al contacto con la India y swami Veda Bharati. Su amplia experiencia le permite considerar el Yoga, en su vertiente terapéutica, como el método psicofísico más completo y aconsejable para remediar problemas de agotamiento, estrés y ansiedad, sin olvidar que el Yoga es, ante todo, realización espiritual.