Es en la paradoja donde surge una fisura en la mente que permite percibir, aunque sea durante un solo instante, lo Real, aquello que hace posible darse cuenta de la realidad. Escribe Emilio J. Gómez.
Nada de lo que no existe puede jamás manifestarse.
Nada de lo que existe deja jamás de existir.
Los que son capaces de ver a través, pueden solucionar este enigma.
Baghavad Gita, El canto del Señor. Cap. II, vers. 16
“Los que son capaces de ver a través… pueden solucionar el enigma”. ¡Qué curioso resulta que el mismo verso que plantea el problema ofrezca también la solución! “Ver a través de…”. ¿De qué? ¿A través de qué hay que ver para alcanzar la solución que resuelva el problema de la existencia, del ser o no ser, de la vida y la muerte?
¿Ver a través de las diferentes envolturas que según la tradición conforman los tres cuerpos del ser humano? ¿Ver a través de las cosas para tocar el mismo corazón de ellas? ¿Ver a través del envoltorio de la personalidad para descubrir la esencia misma de la persona, el alma, el Atman? ¿Ver a través de lo burdo para encontrar lo sutil?
Es en la paradoja donde surge una fisura en la mente que permite percibir, aunque sea durante un solo instante, lo Real, aquello que hace posible darse cuenta de la realidad. Pero a la mente no le gusta la paradoja, y prefiere lo concreto a la abstracción, pues en lo concreto no hay incertidumbre ni duda. ¡Lástima! pues es en la incertidumbre y la duda donde aparece la posibilidad del descubrimiento de lo auténtico.
En todas las tradiciones del mundo siempre se recomienda la lectura de textos sagrados. Quizás sea por este rasgo singular, a la par que habitual, que es el encontrar la paradoja entre sus líneas. Para comprender lo incomprensible se hace necesaria la contradicción y la ambigüedad. Cuando la mente se enfrenta a ello, no puede resolverlo… ¿Qué queda, entonces? O mejor expresado aún, ¿quién queda ahí para comprender?
Emilio J. Gómez
Es profesor de yoga de la Asociación de yoga Silencio Interior e imparte clases Hatha & Radja yoga en El Escorial (Madrid).
Más información: http://www.silenciointerior.net/