La rueda de la medicina de los nativos americanos, un símbolo arquetípico de la medicina nativa norteamericana, ha sido una fuente rica de ideas que ha inspirado la psicología y la salud. Por Koncha Pinós-Pey.
Aunque las interpretaciones de la importancia de la rueda de la medicina son diversas y especulativas, desde que las conocí la primera vez me cuestioné qué mecanismo oculto describía, cómo contribuían a la armonía psicológica, qué imágenes relacionadas encontró Jung en ellas, qué relación tienen con otras ruedas de medicina como los mándalas tibetanos.
Jung y los símbolos navajos
Jung murió a los 86 años de edad en un apacible pueblo junto a un lago en Suiza. Estaba leyendo una obra de Teilhard de Chardin, El fenómeno humano, en el instante que falleció. Había viajado, entre otros lugares, al suroeste de los Estados Unidos, donde visitó a los representantes de las tribus indígenas. Tomó buena nota acerca de las similitudes de los mándalas budistas tibetanos y las pinturas de arena seca de las ceremonia curativas de los navajos. Observó en cada uno de los 500 diferentes diseños de pintura de arena cómo se hablaba de una ceremonia especial, un mándala o un arquetipo. Las coloridas pinturas de arena, muy estilizadas, eran creadas para ayudar a restaurar la salud y la armonía en el paciente.
El proceso de creación de una pintura de arena se cree que contribuye a la curación ya que en el proceso de elaboración de las imágenes ordenadas simétricamente se centran los pensamientos sobre el equilibrio y la armonía. Los navajos creen que el poder curativo de la pintura de arena se debe a la representación de los Santos Espíritus, los cuales están presentes cuando el paciente entra en contacto con las imágenes.
El mándala circular tiene evidentes paralelismos con la rueda de la medicina moderna, y tiene el mismo propósito de recordarnos la balanza, la armonía, y la naturaleza integral de nuestra existencia…
Poderoso símbolo del alma
Jung estaba interesado en el significado psicológico del símbolo, y creyó que el círculo era el más poderoso. Comenzó a pintar mándalas personales en torno a 1914, que se recogieron en el Libro Rojo. El primer mándala de Jung, un sistema Munditototius, se parece mucho a la rueda de la medicina. La pintura representa el microcosmos dentro del macrocosmos, con cifras personalmente significativas en referencia a los cuatro puntos cardinales.
Le pidió a sus pacientes de psicoterapia que dibujaran o pintaran mándalas y él los examinó para descubrir sus pensamientos inconscientes. Mediante el análisis de las imágenes, Jung pensaba que los pacientes podrían desarrollar un nuevo sentido de sí mismo, una vez liberados de los sentimientos y los complejos inconscientes, para poder comenzar el camino hacia la individuación. Jung describe la individuación como el proceso de armonización de elementos dispares y puestos en equilibrio.
Dibujar un mándala puede funcionar como un intento de autosanación, con el diseño armonioso de contrarrestar el desorden y la confusión de la neurosis. Por lo tanto, para Jung dibujar mándalas sirve para el mismo propósito que aquellas antiguas ruedas de medicina navajas.
Cuando Jung hizo su primer seminario sobre los mándalas corría 1930; mostró fotos de sus propios mándalas y algunos de sus pacientes: mándalas tibetanos y uno navajo. “Cuando una persona dibuja un mándala, expresa el estado de la psique”. La interpretación de las imágenes en un mándala espontáneo puede proporcionar pistas sobre el funcionamiento psicológico de la persona. A veces ilustra el yo, otras la lucha del ego, las fuerzas de oposición, la sombra del ego, la lucha del ánimos y el ánima. Las imágenes de un mándala activan los arquetipos, esos pozos de significado inconsciente. Los mándalas, y por extensión las ruedas de la medicina, pueden expresar el yo, la personalidad, la totalidad, la integridad y la unificación de los opuestos.
Otro uso común psicoterapéutico junguiano presente en la cultura navaja es el círculo. Un círculo para hablar, formado por los participantes sentados. Después de tragar hierbas dulces o saliva, el líder del grupo abre la reunión y comparte una experiencia personal, y luego los miembros del grupo hablan de su propia experiencia y sentimientos. Solo habla uno a la vez y no hay cuestionamiento o interrogación, tampoco respuestas; solo escucha.
Aunque las antiguas ruedas medicinales de piedra de los indios aborígenes son mudas en cuanto a su propósito o significado original, el círculo se ha contemporanizado. Como mínimo, la forma circular arquetípica de la rueda de la medicina podría ser interpretada como un recordatorio de lo que es importante ver en la vida, y de toda la creación en su conjunto. El centro de la rueda puede ser visto como que representa el yo unitario, mientras que los radios hacia el exterior como una forma de llegar a otras personas y el resto del mundo. Los puntos cardinales en el perímetro de la rueda nos hablarían de la necesidad de integrar los opuestos para encontrar la armonía. En su evocación de equilibrio, la rueda de la medicina navaja nos recuerda que debemos centrarnos en lo que es más importante en la vida.