La mente siempre está en lucha por mantener viva una actividad, mientras que el ego siempre quiere conseguirlo todo. Así es como pasa la vida el ser humano: olvidado de sí mismo, sumergido en la vorágine de la supervivencia. Escribe Emilio J. Gómez.
“Todo ocurre a su debido momento”
Ramana Maharshi
Día a día lucha por conseguir materializar sus pequeños o grandes deseos. Quizás, en tal lucha aparezca algo que conceda sentido a la existencia, quizás todo ocurra en la nebulosa del sueño…
Mientras, los días se suceden sin cesar, las estaciones cambian el color de la naturaleza, los árboles se visten de ámbar antes de mostrar su alma sin ningún pudor. El verano da paso al otoño, y este al invierno… Todo se prepara para que la Tierra vuelva a aproximarse de nuevo al Sol y que con su calor la vida retorne al planeta. Un nuevo ciclo, un nuevo año, una nueva oportunidad de despertar la consciencia que ya se es, pero que en el fragor de la batalla diaria se ha olvidado.
El ser humano se ha proyectado en el mundo exterior al punto de creérselo. Se ha identificado con su ego y el personaje que lo arropa, y sufre con la catarata de deseos y aversiones que genera. No se da cuenta de que con cada deseo que trata de satisfacer o con cualquier aversión que trata de eludir deviene en su esclavo. Las impresiones le arrastran, las noticias inundan de suciedad su subconsciente, la publicidad genera deseos ajenos a su alma… Pero ¿dónde está el recuerdo de sí?
Samasati significa «recuerda», recuerda quien eres, recuerda tu esencia, recuerda tu auténtica naturaleza, que es espiritual. Recuérdate a ti mismo. Se dice que el yoga tiene la capacidad de sanar, pero en realidad, la única enfermedad que el yoga cura es la amnesia, ya que su único fin es uno: hacer recordar al practicante su auténtica naturaleza espiritual.
Todo ocurre a su debido tiempo, decía Ramana Maharshi, el sabio de Arunachala. También el recuerdo de la auténtica naturaleza sucederá a su debido tiempo. Quizás la práctica del yoga sea un acelerador de partículas que imprima velocidad al proceso del darse cuenta. Pero también puede suceder que sumerja al practicante en el sueño del mismo yoga y comience a luchar por una nueva asana, o un nuevo nivel, una nueva serie… y, de nuevo se vea dormido en el sueño del despertar.
¿Cómo mantener viva la llama del recuerdo de nuestra auténtica naturaleza? Sabiendo que ya se es Eso, que todos ya somos Luz y Amor, que esa es nuestra auténtica y común naturaleza. Recordándolo y actualizándolo a través de las prácticas yóguicas y del vivir en lo cotidiano. Muy simple, muy sencillo. Es tan fácil que por eso se lo ha olvidado. Como siempre, lo más fácil es lo más efectivo.
Luz y Amor. Eso eres. Simplemente, recuérdalo.
Quién es
Emilio J. Gómez, profesor de yoga de la escuela de yoga Silencio Interior.
En octubre esta escuela inicia un Curso de Sadhana. Si deseas información al respecto haz click aquí.
info@silenciointerior.net