Hiria Bernal, profesora de yoga, fue testigo y beneficiada por la pasada visita de Amma a Granollers. Ella nos responde a cinco preguntas sobre Sri Mata Amritanandamayi Devim, conocida en todo el mundo como Amma o Madre, por su amor y compasión desinteresados hacia todos los seres.
Amma ha dedicado su vida entera a aliviar el dolor de los pobres y los que sufren física y emocionalmente. Amma inspira, eleva y transforma con su abrazo físico, su sabiduría espiritual y a través de Embracing the World, su ONG.
Hiria, ¿cuánto tiempo llevas siguiendo a Amma y por qué?
En realidad nunca me propuse seguirla. Hace cuatro años un buen amigo me habló de ella, y por curiosidad decidí ir al encuentro. Y me resultó más que chocante, toda aquella muchedumbre llorando a su alrededor, de rodillas postrados… Otros gritaban : “¡Guapa”!, y yo pensaba: “¡Ni que fuera Lola Flores”!… Sentí incluso vergüenza ajena, por aquellos seres que se entregaban. Está claro que no entendía nada, pero pocos minutos después yo era una de ellos.
Es una de esas cosas que vives en la vida y que la transforma. De hecho ese año no recibí su abrazo, pero si el Dharsan a través de su mirada y su presencia, sin darme apenas cuenta. Pasaron siete horas y no me había movido del mismo lugar, absorbida.
¿Qué te ha parecido la experiencia de este año?
Como siempre, única. Se va profundizando más en su enseñanza, que nace desde ese ejemplo vivo de Dar, Amar, Servir, Meditar y, como consecuencia de ello, una labor encomiable de todos los voluntarios que hacen posible que la disfrutemos en cualquier lugar del mundo, con la comida preparada, la sala lista, los tickets y el orden para el abrazo. Claramente Amma se extiende a cada una de sus manos, para hacer algo que de otro modo sería inviable.
Made with heart by volunteers era el slogan que ponía en los carteles, y realmente así se siente y así es.
¿Qué es lo que te ha impresionado o emocionado más?
Lo que realmente me emociona es verla incansable, incombustible e infinita.
En cada abrazo no hay automatismo, es auténtico. Ella está al servicio de todos y cada uno de nosotros, amándonos tal como somos, dándonos lo que es. Empatiza con cada ser, que son miles y millones, refleja en su rostro el momento único en el que cada uno nos encontramos, y no le hace falta hablar. Mientras todos estamos alrededor en el pabellón, de un lado para otro, meditando, haciendo algún trabajo, alguna compra, ella esta ahí, sin parar , dando, dando y dando… una inspiración constante.
¿Cómo describirías «eso» que te aporta el abrazo de Amma a quienes no lo conocen?
Eso es algo que cada uno debe experimentar. Solo podría decir, hablando subjetivamente, que nos va abriendo un poquito más hacia ese estado de felicidad y dicha que ella habita; ella conoce el camino, y sabe lo faltos de amor que vivimos. Es consciente de que un gesto amoroso perdura en el espacio y en el tiempo, y aunque sus discípulos más cercanos y antiguos, para prevenir su desgaste físico, le han propuesto que simplemente haga un gesto de bendición sobre su frente, ella se ha negado. En sus palabras: “Amma desea que todos su hijos se vuelvan tan puros que difundan amor y luz a quienquiera que encuentren. Este mundo no necesita predicadores, sino ejemplos vivos”. Así piensa Amma.
¿Qué destacarías del ambiente que crea su presencia?
La paz… Su mente calma, empapa y llena el espacio, y aunque a su lado sientes que estás haciendo un profundo trabajo y puedes tener diferencias con el resto de seres que conviven en ese momento, todo se impregna de paz enseguida. Todos los tipos de seres y personajes que hemos creado, sanadores, artistas, profesionales de todo tipo, religiones de todas clases, seres de todas las edades y condiciones, esos días están allí, unidos en esa calma, abducidos por su presencia, como millones de ríos que desembocan en el mar de su inmensidad.
Hiria Bernal es profesora de yoga y directora de Escuela de Yoga Las Tablas desde 2009.
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