¿Te gustaría descubrir el misterio del kirtan y la sacralidad del canto védico? Son dos razones poderosas para no perderte, el fin de semana del 22, 23 y 24 de noviembre en Lliria, Valencia, el encuentro nacional de AEPY dedicado a “Alternativas de Transformación”.
Este será un encuentro lleno de interés, como ya informamos en un artículo anterior (leerlo aquí). Pero la oportunidad de escuchar los cantos de Carme Cuesta y de Núria Vinyals lo convierten en una experiencia que puede ser profundamente gozosa e incluso transformadora. Te ofrecemos un adelanto, en palabras de Núria y Carme.
Carme Cuesta nos explica el misterio del Kirtan
«Lo queremos atrapar con nuestra mente y vuela libre con las ondas sonoras. Queremos cantar y explicarnos el significado de los mantras, y lo que sucede nos sorprende. Es tan fácil, tan agradable sumergirse en el canto colectivo, en la vibración del coro, que nos asombra cada vez que participamos.
A veces llegamos al estado de interiorización (Pratiahara), a veces el cuerpo nos pide bailar, balancear, liberarse del sufrimiento, a veces inmersos en la vibración sonora, parece que no estamos, no somos «yo», solo somos «todos juntos cantando», un OOOmmmm más grande que nosotros, enorme y poderoso, que nos abraza como una madre y nos acuna en su regazo de paz.
Si alguna vez has tenido el placer de cantar en un Kirtan, tal vez ya lo has experimentado, lo sabes, has superado el inicial recelo de la técnica desconocida. Pero ¿cómo explicarlo con palabras? Lo difícil es transmitirlo a los demás, cómo recomendarlo, cómo aplicarlo en nuestras clases si éstas se centran en el asana. Porque el Kirtan es probablemente la técnica de yoga que despierta más recelos en un principio y está más asociada al “yo he venido a hacer una clase de yoga, no ha cantar esto que no se qué quiere decir y que me suena a secta”.
Por eso te diría que sencillamente abras tu corazón y te dejes llevar… Es incluso probable que en tu primer Kirtan no te entregues, que estés observando, porque da vergüenza cantar, así, sin saber dominar la voz, sin tener el conocimiento de las letras, sin conocer las melodías, sin confiar. Pruébalo, canta encima de los discos de mantras que todos tenemos, participa en la fiesta del bhakti yoga, el yoga más fácil y más difícil de conseguir porque requiere entrega de corazón. No lo vas a hacer ni mal ni bien, porque no se mide por ese rasero, tampoco nadie te va a juzgar porque estamos todos juntos sin solistas ni espejos.
Puedes venir a descubrirlo en Valencia- Lliria, en el encuentro nacional de AEPY que tendrá lugar los días 22, 23 y 24 de noviembre del 2013. Será un momento especial para reencontrarnos con diferentes profesores y técnicas. “Alternativas de Transformación” es el título y el Kirtan, el Naad yoga, es una de ellas. Allí vamos a estar todos juntos disfrutando de un espacio de tiempo para celebrar que los colectivos tienen más que nunca validez, que la unidad es una meta en nuestra vida cotidiana y en el yoga.
Hace muchos años, cuando aún no sabía que mi canto iba a estar entregado al yoga, en el Palau de la Música vi uno de los últimos conciertos de Camarón de la Isla. Abrumado por el peso de las esculturas modernistas, empezó el concierto con una frase premonitoria y simple: “Vamos a ver si hay suerte”.
Pues eso, vamos a ver si tenemos la suerte de conseguir que el duende, que lo más jondo, que la magia se cuele en una fiesta tan importante. Si así sucede, no tendremos mucho mérito, de verdad. Porque eso que sucede está más allá de uno mismo, de nosotros, de lo que cantemos, del mantra, y ese es el gran MISTERIO».
Carme Nalini (Carme Cuesta) es cantante de mantras y kirtan www.carmenalini.com https://www.facebook.com/carme.nalini
Profesora de yoga, directora del Centre Narayana. Licenciada en música moderna, profesora de canto (Conservatori superior del Liceu), actriz (Dagoll Dagom) www.carmecuesta.com
Núria Vinyals nos pone en contacto con el Canto Védico
«En los Yoga-Sûtra de Patañjali podemos encontrar algunas ideas que son indispensables. De hecho, no son ideas, son concepciones. Son verdaderos logros de la conciencia humana en su progreso y su anhelo de evolucionar hacia un estado de belleza, de bondad y de luz.
Una de estas concepciones expresa el siguiente principio fundamental: ‘A través del contacto prolongado con el objeto de meditación llegamos a adquirir sus cualidades’. Podríamos dedicar mucho tiempo a intentar comprender toda la complejidad y riqueza que se hallan en esta frase. Nos quedaremos aquí con uno de sus posibles desarrollos:
- Hay en el practicante un profundo anhelo de cambio.
- Esta persona que desea evolucionar, entiende que no puede hacerlo por sí misma.
- Esta persona establece un vínculo con otra persona, o con una entidad, y lo mantiene.
- A través de este vínculo llegará algo nuevo que hará posible que la persona cambie.
Es decir, existe la posibilidad de establecer un vínculo estable, poderoso y altamente positivo con algo que tiene la capacidad de transformarnos. Esta es la esencia del Canto Védico, el canto de mantras sagrados que nació en la India hace más de 2000 años y que permanece vivo, intacto.
Su nombre viene de Veda, que significa conocimiento. En algún tiempo antiguo y no definible algunos sabios, los rshi, fueron capaces de establecer un vínculo especial con algo todavía más especial. Entraron en un estado de meditación muy profundo y desde ese estado único alcanzaron un conocimiento completo que incluía también un impulso: la necesidad de transmitirlo.
El conocimiento que originó los Vedas y que los mantiene vivos tiene dos orientaciones: una es la del aspirante que recibe, la otra es la del maestro que da. Son inseparables y se dan de manera espontánea en el contexto de la enseñanza, que siempre es transmisión.
Cuando recitamos los mantras védicos creamos un vínculo, no exactamente con esos primeros sabios, sino con su extraordinaria capacidad de escuchar. Esa escucha de los rshi, que se hace inteligible a través de la palabra cantada, expresa un estado original, creativo y de una gran pureza. Es con esto con lo que conectamos cuando cantamos mantras de la manera correcta; es este contacto prolongado con algo altamente positivo lo que llegará a producir en la persona que recita un cambio substancial.
Todos los mantras se concentran en uno, de ese mantra nacen todos los demás. Se considera que esa primera sílaba es idéntica al Principo Divino del que surgió la Creación. Ese mantra tiene solo dos letras y vibra en el centro de todo lo que existe. El maestro que lo enseña y el alumno que lo repite entran en un espacio que no es espacio, en un tiempo que no es tiempo. Tal vez sólo por un instante, pero se trata de una experiencia repetible que con toda seguridad llegará a dejar huella.
Nuria Vinyals es profesora de yoga formada por Montserrat Serra y reconocida por la AEPY y por el Krishnamacharya Yoga Mandiram (KYM). Profesora de Canto Védico formada por el KYM. Hace siete años que se dedica a la enseñanza del yoga y del Canto Védico .Viaja regularmente a Bélgica y la India para continuar su formación. nuriavinyals@telefonica.net