Con cada respiración pongo más énfasis en la atención, pero la atención plena o el mindfulness es solo un aspecto de la meditación. La meditación trata no solo de cómo llevarte bien contigo mismo, sino de cómo ser mejor en la vida en términos globales. Lo que es realmente importante para ti. Por Koncha Pinós- Pey para Espacio MIMIND.
Estoy enseñando mindfulness con compasión, como una forma de entrenar la mente para encontrar la felicidad en todas las situaciones, más allá de todas las situaciones, pensando siempre que la felicidad tiene causas… y la meditación es una de ellas.
El objetivo principal de la atención plena es observar cómo las personas nos creamos un estrés y sufrimiento innecesario en nuestras vidas y cómo podemos aprender a reducirlos, e incluso ponerles fin por completo. Meditar no es una cuestión del budismo; la visión y comprensión del sufrir está sucediendo momento a momento en todos los seres. Tenemos que ver el sufrimiento como algo que viene muy de dentro, y aprender a relacionarnos con él requiere desarrollar un conjunto de habilidades para introducir cambios actitudinales en la mente. La meditación es una.
Podríamos actualizar la palabra sufrimiento -dukkha- por estrés, porque las personas pueden comprender mucho mejor lo que está pasando en sus vidas. Uno se pone a meditar una semana y piensa: “Mi mente ya está libre de sufrimiento”. Y de repente viene otra ola de estrés y perdemos terreno.Por eso es muy importante seguir trabajando en ello.
Vigilar la mente, que es simplemente uno de nuestros sentidos, es lo mínimo que debemos hacer. Cuando estamos cómodos meditando es cuando más trabajo hay que hacer con la mente. Muchas personas vienen a los cursos para estar cómodos con su mente, para liberarse del estrés, y eso está muy bien. Pero algo bien distinto es alcanzar niveles más profundos de felicidad duradera. La mente quieta o cómoda es el primer peldaño, pero hay que seguir observando. ¿Hay alguien más allí?
El arte de discernir
La práctica de mindfulness requiere un plan, porque no es solo lo que haces sino también lo que piensas, cómo sientes, cómo vives. Hay que anticipar y tener una estrategia, observando si hay situaciones en tuvida que se repiten y distinguiendo el sufrimiento útil e inútil. Hay veces que nuestra mente nos está motivando a romper un estilo de vida saludable; eso sería un ejemplo claro de sufrimiento inútil. Sabemos que si una noche tomamos más alcohol de la cuenta, al día siguiente tendremos resaca. Pero a veces no es tan fácil ver el sufrimiento inútil. Parece que una situación es inofensiva, y más tarde vienen las consecuencias. “Fue un error hablar con esta persona, en ese momento, de ese tema”.
Tenemos que aprender en la meditación a observar la mente y comprender “la ley de la causa y el efecto”. Discernir no significa leer un libro o asistir a una clase, sino practicar activamente lo aprendido, reconocer cuándo surgen los problemas y averiguar cuál puede ser la mejor manera de solucionarlo. A veces es bueno estar cerca de personas que tienen una sensibilidad adiestrada en el discernimiento, porque te ayudan a reflexionar.
Es importante que las personas sean libres, y uno de los principios básicos es la práctica de la generosidad, con uno mismo y todos los seres. La meditación no es una mercancía, la atención plena no se puede enseñar en un libro; hay que practicar y vale mucho la pena hacerlo bien.