Guru es una palabra que despierta bastantes recelos en occidente. Pero ¿es una figura que secuestra nuestra autonomía? ¿Que significa exactamente? Nos lo explica Naren Herrero.
El yoga y la filosofía espiritual de la India están metidos en la cotidianeidad de occidente desde hace unas pocas décadas; las suficientes, sin embargo, para que su terminología basada en la milenaria y sagrada lengua sánscrita se vaya colando en nuestro vocabulario de forma (casi) natural. Entre términos ahora tan comunes como karma, nirvana o mandala se destaca guru, una palabra que despierta ciertos picores entre los yoguis occidentales, ya que la idea de poner la propia evolución espiritual bajo las instrucciones de otra persona se considera una gran pérdida de autonomía.
En la India, en cambio, el concepto de guru es muy normal. La idea de que alguien que ya conoce el camino (o parte de él) hacia la felicidad nos lo enseñe no es vista como un signo de sometimiento u opresión, sino más bien como una gran suerte y una gran oportunidad. Esta relación guru-discípulo es natural en la India, donde tradicionalmente los padres confiaban la educación de sus hijos a manos de un sabio espiritual.
A este respecto, muchos creen que el individualismo occidental ofrece “libertad”, pero en realidad la mayoría de las personas también sigue ciegamente los preceptos de otros seres humanos (llámense deportistas, modistos o gurus de las nuevas tecnologías) como si se tratara de mandatos divinos. Esto no impide que el concepto dominante sobre los gurus espirituales sea el de estafadores, megalómanos o, en el mejor de los casos, delirantes. Sin negar la existencia de éstos últimos, la presencia de un verdadero maestro espiritual se considera fundamental para el rápido y seguro avance de cualquier persona en el sendero espiritual y yóguico.
Si bien la palabra guru (cuya acentuación sánscrita es llana) se suele traducir simplemente como “maestro”, su significado etimológico original es “que tiene peso”. Es decir, un guru es una persona que posee un rol preponderante, de importancia, tal como se lo concibe en la tradición yóguica.
Si, en general, las palabras suelen ser elementos volátiles, cuando se habla de filosofía espiritual éstas siempre tienen, al menos, dos significados: uno literal y otro simbólico. Ambos sentidos tienen su razón de ser y su utilidad. El significado literal generalmente nos provee información ‘objetiva’ (lingüística, etimológica, histórica), mientras que el simbolismo del vocablo nos desvela cuestiones más esotéricas, es decir información oculta a primera instancia.
Lo que dice la tradición
A este respecto, las enseñanzas de la mayoría de las tradiciones espirituales de la India tienen un carácter esotérico en origen, pues no fueron ideadas para divulgación pública sino que eran transmitidas oralmente a través de la iniciación de un instructor cualificado. Actualmente, con el auge del yoga en occidente y la universalidad de la información, cualquier persona que lo desee (occidental u oriental) puede tener acceso a la otrora secreta filosofía de la India. De esta forma, con probabilidad todos hemos oído decir que guru es “el que quita la oscuridad” (el propio Joaquín Sabina, con su habitual aire decadente, juega con dicho significado en la canción Princesa).
En cuanto a las fuentes sagradas fiables, la Advaya-Tāraka Upanishad define al guru de esta forma (traducción basada en la versión de Georg Feuerstein):
“La sílaba gu [significa] oscuridad. La sílaba ru [significa] el destructor de esa oscuridad. Debido a la habilidad para destruir la oscuridad, él es llamado guru”. (v. 16)
De manera similar, la Guru Gītā, atribuida al sabio Vyāsa, explica:
“La sílaba gu es la oscuridad y se dice que la sílaba ru es la luz. No hay duda de que el guru es ciertamente el conocimiento supremo que disipa [la oscuridad de] la ignorancia”.
Por tanto, etimológicamente hablando, guru es alguien “con peso” y relevancia como maestro. En una segunda lectura, guru es quien, disipando la oscuridad, nos muestra el camino; que es lo mismo que decir que, con su sabiduría y experiencia, elimina nuestra ignorancia, que nos ciega y no nos deja ver nuestra verdadera esencia espiritual.
En occidente, donde lo sabemos todo y somos tan reacios a que un tercero nos muestre el camino, muchos se alivian al escuchar la, con frecuencia malinterpretada, frase: “El guru verdadero está en tu interior”. ¡Tengo buenas noticias! Esta máxima es totalmente veraz. Así lo certifican las Escrituras del yoga y las enseñanzas de todo maestro espiritual genuino.
Lo cual no significa, claro, que uno se vea eximido de tener un guru externo; a menos que considere que por sí mismo es capaz de ser su propio guía y disipador de la oscuridad.
Quién es
Naren Herrero es periodista, escritor y tallerista especializado en la India, su filosofía y espiritualidad. Es autor del visitado blog Hijo de Vecino.
Su próximo taller, titulado «Conceptos básicos de la filosofía del yoga», será el 28 de septiembre (18:00h) en el espacio Jardín de Hara de Barcelona.
El taller pretende dar a conocer algunas de las nociones fundamentales del pensamiento yóguico tradicional, con la intención de comprender cómo estas ideas milenarias son universales y pueden experimentarse en nuestra vida diaria. Más info aquí.