Según un estudio reciente, una sesión de 20 minutos de yoga beneficia más la memoria de trabajo y el control inhibitorio que 20 minutos de footing u otro tipo de ejercicio. Se informa de ello en Noticias de la Ciencia.
Lo último en investigación científica sobre los beneficios del yoga llega ahora de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Estados Unidos. Allí, el equipo de Neha Gothe ha comprobado que 20 minutos de yoga mejoraron significativamente las funciones cognitivas de los sujetos de estudio (todas mujeres) en exámenes.
La investigación se realizó en el Laboratorio de Psicología del Ejercicio, un centro adscrito a la Universidad de Illinois y dirigido por Edward McAuley, profesor de kinesiología en dicha universidad. «El yoga está volviéndose una forma de ejercicio de popularidad creciente en Estados Unidos y resulta imperativo examinar sistemáticamente sus beneficios sobre la salud, especialmente sobre la salud mental «, comenta McAuley.
La investigación se hizo sobre 30 estudiantes universitarias jóvenes, y la modalidad de yoga elegida fue Hatha Yoga. Se constató que una única sesión de 20 minutos mejoró significativamente la velocidad y precisión de las mujeres sujetas a estudio en exámenes de memoria de trabajo y control inhibitorio, dos rasgos cognitivos asociados con la capacidad de mantenerse concentrado en algo y de adquirir, retener y utilizar información nueva. El control inhibitorio es la capacidad de moderarse evitando comportamientos impulsivos que no deseamos tener en ese momento. La memoria de trabajo es la memoria a corto plazo que utilizamos, por ejemplo, para recordar un número telefónico que nos acaban de decir y poder teclearlo en el teléfono.
Las participantes en el estudio se desenvolvieron significativamente mejor después de la sesión de yoga que después de realizar un ejercicio aeróbico entre moderado y vigoroso, que consistió en caminar a paso rápido o bien en correr despacio (haciendo footing) sobre una cinta móvil durante esos 20 minutos.
En el equipo de investigación también trabajaron los profesores de kinesiología Charles Hillman de la Universidad de Illinois y Matthew Pontifex de la Universidad Estatal de Michigan, en Estados Unidos.