En cierta ocasión, leyendo un texto de Swamy Satyananda descubrí que existe un tipo de medicina que ayuda a liberar los estados de la mente y del cuerpo para poder asumir los diferentes pasos en la evolución del ser. Por Josep Maria Gasset para Espacio MIMIND.
Ciertamente algunos maestros dominan este arte que, a través de ciertas sustancias, puede llevarnos a diferentes estados de conciencia, para así poder, paso a paso, ir subiendo en el camino del espíritu.
A todos nos gustaría tener la píldora que nos llevara a la iluminación, pero eso no existe. Se trata de un camino que poco a poco va despejando los nudos que tenemos en nuestras estructuras sutiles, que en diferentes tradiciones llamarán meridianos o nadis.
Existen un sinfín de nadis por donde circula el prana y hay también una forma de aplicar el prana curativo a estos canales y liberarlos. Es lo que denomina Swamy Niranjananda el Prana Vidia o la curación a través del prana.
Si respiramos hacemos que el prana pueda circular por nuestro cuerpo y nuestros nadis, pero con cada movimiento de nuestra mente el prana se mueve también. Si tengo una mente llena de tóxicos, mi prana va a ir fluyendo erráticamente por mis nadis y por mucho que me empeñe eso seguirá siendo así. Por lo cual es muy importante hacer que los vientos sutiles de mi mente, que están asociados a mis emociones y a mis inconscientes, sean purificados.
Swami Satyananda decía que si los samskara no eran completamente purificados cómo podíamos aspirar a hacer ciertos tipos de yoga, o cómo queríamos aspirar a ciertos estados de conciencia; lo único que lograríamos sería dañar más estas estructuras desorganizadas.
Así pues, vale la pena estar atento a la mente y observar cómo fluye, y respirar siendo conscientes de que la estabilización de la mente me puede llevar a que mi prana cada vez esté más estable, mis nadis también y por supuesto yo sea más feliz, nada fácil.
¿Qué es Rasayana?
Así que algunos grandes maestros, siendo muy compasivos, decidieron ayudarnos con sus medicinas, lo que se denomina Rasayana.
A través de la meditación y de la experimentación a lo largo de cientos de años, estos seres han podido observar que existen muchas plantas con virtudes increíbles que pueden ayudarnos en nuestra evolución, por eso empezaron a construir diferentes formulaciones que permiten curar los cuerpos sutiles, los nadis y el cuerpo, para así avanzar en deshacer los nudos que impiden la salud completa.
En la medicina ayurvédica se utilizan un sinfín de plantas, minerales y metales purificados para curar las enfermedades de los diferentes elementos. En la medicina china, por ejemplo, se utilizan en las fórmulas elementos que nosotros consideraríamos exóticos, pero que ellos ven como naturales, pues los miran con ojos de sabiduría.
En la medicina tibetana se utilizan ciertas medicinas, llamadas preciosas, que pueden ciertamente ayudarnos en nuestra salud; son píldoras largamente experimentadas y muy estudiadas. Son las denominadas píldoras Rinchen, que difícilmente podemos conseguir a no ser que podamos acceder a ellas en Instituto de Medicina de Dharamsala.
Dicen algunos maestros que estas píldoras deberían tomarse varias veces al año, en días auspiciosos para que nuestra energía vital se vivifique y las impurezas que hemos acumulado en nuestros cuerpos energéticos sean liberadas.
Por ejemplo la píldora Rinchen Ratna Sampel está elaborada por lo que ellos denominan la esencia reina, hecha a base de procedimientos de calcificación de polvos a base de piedras preciosas, como turquesas, corales, perlas, Zi, que es una piedra que se considera protectora de la vida, plata, oro, cobre, hierro y diferentes tipos de plantas medicinales entre las que se encuentra el Myrobalam, frutas, azafrán y más de 70 ingredientes diferentes, todo enriquecido con muchas bendiciones.
El Myrobalam, su fruto, se considera una planta con infinitas propiedades, denominada Arura en Tibetano-Es utilizada en estas grandes formulaciones como una planta que ayuda a prolongar la vida y como fuente de juventud. Sus interminables cualidades pasan por ser digestiva, antiinflamatoria, cardiotónica, antihelmíntica y restauradora de la energía vital.
Estas píldoras preciosas son tan particulares que deben tomarse con mucha precaución y solo cuando sean indicadas. Deben seguirse además unas precisas instrucciones en su toma, ya que su acción tendrá más eficacia. Además aconsejan la recitación de algunos mantras curativos para mejorar su efecto.
A nivel general sus indicaciones son las siguientes: ayuda en la hipertensión arterial, sobre todo en la que hay un exceso de lung o de viento en relación a los elementos. Para el dolor de cabeza, migrañas, hemiplejias, parálisis, parálisis facial, incontinencia, pérdida de memoria, problemas circulatorios cerebrales, trastornos en la fórmula sanguínea, problemas de corazón, trastornos en el sistema nervioso, trastornos debidos a un problema de lung que afecte el corazón y a los canales vitales, epilepsia, intoxicaciones, retención de líquidos. En general ayuda a limpiar los órganos vitales, rejuvenecimiento, incrementa la vitalidad y puede prevenir los trastornos que hemos mencionado.
El Myrobalam es una medicina que está considerada de un gran valor terapéutico y la mayoría de estas fórmulas la contienen. Dicen que incrementa la longevidad y proporciona buena salud, y hace que los obstáculos que puedan acortar la vida se vean superados.
Trabajar la mente
El Rasayana es una ciencia que es poco conocida porque la utilizaban solamente algunos yoguis y otras personas que querían utilizar la medicina para flexibilizar su cuerpo y su energía vital, sus nadis, su mente, purificándolo de toxicidades.
Por eso ahora es un buen momento para reivindicar esta medicina donde se combina todas las sustancias para poder así mantener en forma nuestro cuerpo y nuestra mente. Al final, aunque nosotros tomemos todas las medicinas, si no trabajamos nuestra mente , difícilmente va a servirnos para nada. Trabajemos nuestra mente y apliquemos las medicinas para poder estar bien, atentos y no dejemos que nuestra mente engañosa nos lleve a través de las ilusiones y espejismos.
Algunos yoguis, antiguamente, iban al bosque con estas medicinas y pasaban largo tiempo sin comer solamente purificándose, para luego volver y seguir con su vida cotidiana, con una mente pura, mente de principiante.