Conversamos con el fotógrafo Steve McCurry, muchas veces galardonado con los más acreditados premios de fotografía y autor de la famosa foto de la niña afgana Shabat Gula. «Para mí la fotografía tiene un aspecto meditativo», dice. Veamos el mundo a través de su mirada, directa a nuestro corazón… Por Koncha Pinós para Espacio MIMIND. Fotografía de Steve McCurry www.stevemccurry.com
En el último libro de Paul Theroux, El Tao del viajero, escribe: “El deseo de viajar me parece característicamente humano, el deseo de moverse, para satisfacer la curiosidad o aliviar los temores, para cambiar las circunstancias de la vida, para ser un extraño, para hacer amigos, para experimentar un paisaje exótico, o para arriesgarse a lo desconocido… Cuando era un niño, el anhelo de salir de casa e ir lejos, la imagen en mi mente de mi pequeño vuelo, y yo corriendo solo. Quería encontrar un lugar nuevo, lejano, y nuevas cosas por las que interesarme. La importancia de los otros lugares era algo que tomé como un acto de fe. La otra parte, el otro lugar; allí era donde yo quería estar”.
Un fotógrafo, Steve McCurry, podría suscribir las reflexiones de Theroux. Steve McCurry nació en Filadelfia y se graduó por la universidad Estatal de Pensilvania. Después de trabajar en un periódico durante dos años, lo dejo todo y se fue a la India. Su carrera se inicio cuando, vestido con ropa nativa, cruzo la frontera de Pakistán a Afganistán controlada por aquel entonces por los rebeldes en plena invasión rusa. Cuando salió tenía los rollos de la película cosidos a su ropa. Contenían lo que serían entonces las primeras imágenes del conflicto para el mundo. Su cobertura le valió la Medalla de Oro Robert Capa como mejor reportero fotográfico extranjero, en honor a su coraje y valentía. Ha ganado numerosos premios y el concurso World Press Photo.
McCurry ha cubierto muchas áreas de conflictos internacionales y civiles, incluyendo la desintegración de la antigua Yugoslavia, Beirut, Cambodia, Filipinas, la Guerra del Golfo, Afganistán. Sus historias las hemos visto en National Geographic. Las más destacadas han sido sobre TIbet, Afganistán, Birmania, India, Iraq, Yemen.
Quizás lo que más conocemos de él es la famosa foto de la niña afgana Shabat Gula, su fotografía más reconocida después de tantos años. Esta mañana he podido admirarle en persona, su obra es fantástica. La Open Shutter Gallery (http://www.openshuttergallery.com/) exhibe un conjunto de obras jamás editadas y trabajos nuevos de Steve McCurry, que oscilan a la venta entre los 500 y 8000 dólares.
Cada imagen, un sentimiento
Steve ha hecho del mundo su mirada. Al hablar de su tiempo en India dice: “Aprendí el arte de esperar y ver la vida. Si esperamos, la gente se olvida de que tienes una cámara y el alma se desplaza hasta encontrar la mirada”. “Lo que es más importante en mi trabajo es el individuo. La historia es solo el marco, y por supuesto la historia tiene que ser coherente con el individuo. Pero lo más importante es que cada imagen tiene un valor por sí mismo, un lugar propio, un sentimiento”.
Steve organiza “expediciones fotográficas” que tienen que ver con mejorar la mirada fotográfica y ser capaz de “exponerse internamente a nuevas oportunidades”. Su técnica se centra en el desarrollo del arte y la mirada crítica del participante.
Imagínate qué puede ser aprender con Steve McCurry, observarle y permitirte que te ofrezca esa perspectiva interesante del trabajo en grupo… Puede ser toda una enseñanza en el aprendizaje interno. Sus viajes son fluidos como su mirada, solo para aquellos que son flexibles y abiertos a nuevas experiencias, aceptando el momento presente. “Cada viaje -explica Steve- es una oportunidad única; es orgánico, depende de las personas con quienes te encuentras, y tal como es uno, así es el viaje… No hay dos viajes iguales, porque no hay dos personas iguales. Pero si vas con una mente abierta y positiva, todo será hermoso”.
“No estoy seguro de que esté buscando la belleza en una fotografía, no es mi intención primera. Me interesa la historia, el contenido, la narrativa que me transmite. Y claro que para narrar eso necesitas una cierta armonía en la imagen”. “Yo siento que la fotografía, como la pintura o cualquier arte, es una declaración de comunicación y un placer. Es hermoso ver las cosas, observarlas y compartirlas”.
Cada fotografía una meditación
Lo más interesante de Steve es cómo entrena la mirada para analizar la luz, en relación con la composición y la singularidad de cada situación… Eso es lo genuino de su fotografía, un recurso tan valioso que nunca puede ser enseñado en las clases. “Para mí la fotografía tiene un aspecto meditativo. Cuando estoy caminando veo fotos, me meto en un país, en una mente particular, y me sintonizo con lo que ocurre”.
He visto algunas de sus más grandes fotografías tomadas en India y puedo deciros que me ha ‘disparado al corazón’. Dentro de 20 años seguro que recordaré el día de hoy, no por lo que vi, sino por lo que Steve dejó dentro de mí: el valor de explorar, soñar y descubrir los otros lugares. Gracias Steve. Más sobre su obra www.stevemccurry.com