La visión crea un pensamiento, los pensamientos crean acciones y las acciones crean nuestro mundo. Cotidianamente estamos expuestos a sonidos y visiones que engendran violencia y deseo en nuestra mente. El deseo crea sufrimiento, por lo que es muy fácil comprender cómo la vida en las ciudades repletas de ruido, imágenes y estímulos puede crear un gran malestar en nuestras vidas. Por Koncha Pinós-Pey para Espacio MIMIND.
El silencio tiene una energía que es como ninguna otra fuente reparadora. Tiene el don de hacer a las personas pensar, actuar y encontrar en la mente el más poderoso asesor. El problema con el silencio es que las personas no están educadas para el vacio del silencio; sentimos una gran necesidad de llenarlo con ruido: música, televisión. El silencio puede ser terrible para algunos y hacer que no se sientan nada cómodos, por eso el mundo está lleno de ruido, de aparatos encendidos en las casas que nadie ve… El ruido nos hace compañía.
¿Qué pasa en el silencio?
Cuando dirigimos nuestros pensamientos hacia el foco interior, ganamos fuerza y reposamos la mente. Nuestro ego se desconecta temporalmente o por lo menos le hacemos callar un poquito y empezamos a ver y sentir el mundo real como debe de ser. Nuestros pensamientos se interponen en el campo que separa nuestro ser real y nuestro ser ficticio… y eso a menudo no nos permite ver la belleza interna. Cuando hay silencio, hay tiempo para la introspección y para permitir que nuestra verdad más profunda hable, no el ego, ni la mente consciente, no los miedos, la rabia o la tristeza… sino el verdadero ser que está conectado a la energía más auténtica y genuina que nos nutre.
¿Cuándo es bueno callarse?
1. Durante las discusiones: es uno de los mejores momentos para usar el poder del silencio. El ego estará tratando de forzar que hables, que acabes la frases, pero puedes hacer un sencillo ejercicio de respiración y cuando alguien te esté gritando, provocando o molestando… puedes mantener a raya a tu ego y respirar. Este ejercicio es extremadamente potente y te hará muy fuerte.
2. Chismes, cotilleos o difamaciones: España es uno de los países donde la prensa rosa o del corazón vende más en el mundo. Esa deporte de cotillear y ver los defectos de los demás es algo muy nuestro. La cosa es que los chismes, cotilleos o difamaciones son contagiosas. Cuando veamos que alguien nos invita a entrar en ese terreno, es muy interesante dejarles que expresen su opinión y no detenerle. Pero tratar de no contraer el virus y usar el poder del silencio. No es que tengas que justificarte porque no criticas; simplemente observa cómo los demás lo hacen y permanece en silencio. Crearás un vacío que en algún momento hará resonar a los demás.
3. Cuando alguien habla sin parar y no te deja espacio para expresarte: el silencio es una gran herramienta para los consejeros, psicólogos, couchers. Escuchar es una gran virtud, y para ello hay que estar en silencio. Deja que la gente hable, escúchales más allá de sus palabras, sus expresiones faciales, los movimientos de reconocimiento, alejamiento. Esto es una cosa difícil al principio, pero si te entrenas como oyente, encontrarás que más y más gente viene a hablar contigo… te conocerán como oyente. Asegúrate cuando intervengas de hacer pequeñas aseveraciones, preguntas cortas. No hables de ti hasta que no se te pregunte, pero siempre ten en cuenta al oyente de la conversación.
4. Cuando estamos solos en casa: el silencio de un espacio vacío puede ser muy molesto, y es que los humanos tenemos la tendencia a llenar la cosas. Encendemos la radio, ponemos la música, nos ponemos a hablar por teléfono. Tener una casa grande y vacía es sinónimo de tristeza, soledad o abandono… Pero no es cierto, no significa que estás solo; estas cargando tu mente y para ello le das un tiempo de inactividad, de reseteo.
Reflexión silenciosa
El silencio nos ayuda a través de nuestra mente a hacer emerger los acontecimientos del día a día, a reordenar proyectos que queremos hacer. A mí me encanta el silencio desde que era niña, y siento que es un compañero maravilloso también para los más pequeños. Enseñar el valor del silencio, de estar debajo de las sábanas sin hacer nada, de no tener que hacer deberes. Tener tiempo de silencio es muy necesario para pensar y sentir la vida que deseas y buscar la manera de conseguirlo.
Para acabar os recomiendo una meditación tranquila para iniciar el día, 15 minutos por la mañana, simplemente centrándote en la respiración; verás qué maravilloso para el cuerpo y la mente. Es un vehículo que te puede ayudar a alcanzar un nivel de profunda calma interior. El estado de silencio es una forma de llegar a otro lugar de tu mente que no es posible en un cada día lleno de ruido. Esa otra parte conecta todos tus sentidos y con la práctica puedes aprovechar ese conocimiento para crear.
Si crees que el silencio ha sido útil en tu vida. Haznos saber cómo lo has utilizado y cómo te ha ayudado. Gracias.