El enfoque Vipassana de la vida

2013-06-13

Vipassana es visión penetrativa y cabal de lo que realmente es, visión clara y justa, toda vez que hasta que no conquistamos la vipassana siempre vemos las cosas a través de nuestras proyecciones, filtros, creencias, patrones y esquemas. Escribe Ramiro Calle.

Mirar ventana

Desde hace muy pocos años se ha puesto muy de moda el término “mindfulness” y el trabajo de desarrollo mental y emocional a través de las técnicas que este vocablo engloba y que en castellano podríamos llamar “atención plena” o “atención total”.

Corresponde al término original “satipatthana”, que pertenece a la lengua que hablaba el Buda, denominada pali, y que quiere decir “establecimiento de la atención”. Se recogen las muy valiosas enseñanzas de Buda en este sentido en un célebre sermón conocido como Satipatthana Sutta o Sermón de la Atención. Mediante el establecimiento, cultivo metódico y desarrollo de la atención, se consigue desarrollar un tipo muy especial de visión que Buda denominó “vipassana”.

Vipassana es visión penetrativa y cabal, clara y justa de lo que es. Hasta que no conquistamos la vipassana, siempre vemos las cosas a través de nuestras proyecciones, filtros, creencias, patrones y esquemas. Vemos lo que queremos o tememos ver, no vemos lo que es.

Buda aconsejaba: “Ve y mira”. Es decir, mira lo que es, no lo que esperas, deseas, crees o temes que sea. Eso es conectar con la realidad. Y el que denomino “enfoque vipassana de la vida” consistiría en ver y apreciar la vida como es, más allá de ese circuito cerrado de adoctrinamientos, apegos y aversiones, odios y celos, pasado y futuro, etiquetas y rótulos.

Mirar lo que es: ése es el secreto. Y aprender a manejarnos con las circunstancias como son, sabiendo fluir y dirigiendo, sin ansiedad, nuestros pasos hacia el objetivo. Si uno lo alcanza, lo disfruta sin apego; si uno no lo alcanza, no se siente frustrado ni genera un inútil y doloroso sentimiento de fracaso.

Pero para adiestrarse en el “enfoque vipassana de la vida” necesitamos energía, atención consciente, ecuanimidad, sosiego y lucidez. Para ello hay que trabajar sobre la mente, a fin de limpiarla, reorganizarla, saber pensar y dejar de pensar, potenciar sus mejores recursos y encaminarlos de manera adecuada.

Para poder controlar los pensamientos hay que entrenarse en tres técnicas complementarias entre sí:

  • La observación atenta e inafectada de los contenidos mentales.
  • La erradicación de los pensamientos.
  • Combatir los pensamientos negativos o insanos mediante el cultivo de los positivos o sanos.

Y hay cuatro esfuerzos conscientes a realizar para sanear la mente y activar sus potenciales más creativos, que son:

  • El esfuerzo consciente por desalojar de la mente los pensamientos insanos.
  • El esfuerzo consciente por impedir que vuelvan a entrar.
  • El esfuerzo consciente por suscitar pensamientos sanos.
  • El esfuerzo consciente por cultivarlos y desarrollarlos.

Uno debe aprender a servirse de la mente y no que la mente se sirva de uno. De ahí el antiguo y significativo adagio: “El que controla su mente es un rey aun si es un mendigo; el rey que no controla su mente es un mendigo”.

Una mente bien saneada, estable y bien dirigida nos permite afrontar mucho mejor las vicisitudes de la vida y saber tomar la dirección oportuna. Para ello tenemos que cultivar las denominadas, por la antigua sabiduría budista, comprensiones claras. La comprensión clara es aquella que es profunda y lúcida, la nacida no de la mente ofuscada, sino de la mente clara. Hay distintos tipos de comprensión clara, entre otras:

  • La clara comprensión del objetivo, es decir hacia qué objetivo definido me dirijo.
  • La clara comprensión de los medios, o sea con qué medios cuento para poder aspirar a ese objetivo.
  • La clara comprensión de la adaptabilidad, que no fatalista adaptación, sino saber fluir y encontrar los puntos de menor resistencia.
  • La clara comprensión de la idoneidad, o sea saber qué es en cada momento lo conveniente y oportuno, y cuándo lo idóneo es hacer o dejar de hacer, ser activo o pasivo.

La meditación es el modo más antiguo y considerado más fiable para desarrollar el “enfoque vipassana de la vida”, es decir un enfoque claro, lúcido, ecuánime, oportuno y constructivo. La meditación es un método específico para entrenar y desarrollar la mente, reorganizar la psiquis, drenar el inconsciente, superar estados de ofuscación y crearlos de perspicacia, ser uno mismo. La meditación es una técnica de vida, un arte de vivir. Pero hay que impregnar la vida cotidiana y nuestras actividades de todo tipo (incluídas las profesionales) de una actitud meditativa, que se apoya en el esfuerzo bien encaminado, la atención vigilante, la ecuanimidad y el sosiego, y todo ello conduce a la lucidez y a una manera más diestra de actuar. Como declaró Buda, la atención es todopoderosa en cualquier momento y circunstancia. Es la lámpara de la mente.

Mediante la meditación sentada, por un lado, y el establecimiento de la atención en la vida diaria, por otro, conseguimos ese enfoque vipassana de la vida que nos será de enorme utilidad en cualquier ámbito. La atención frena los pensamientos nocivos, regula las palabras, nos hace mas precisos y menos chapuceros en aquello que emprendemos y hacemos. Es una gran fuerza que uno puede aprender a encauzar y que pone en marcha la precisión, la cordura, la visión clara y la acción sagaz.

Ramiro Calle

RamiroCalleMás de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. Comenzó dando clases a domicilio y creó una academia de yoga por correspondencia para todo España y América Latina. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines. Ha hecho del yoga el propósito y sentido de su vida, habiendo viajado en un centenar de ocasiones a la India, la patria del yoga.