Cada lunes, para comenzar la semana con inspiración, un precioso ‘Pensamiento simiente’ de la Fundación Ananta.
El pensamiento de hoy es un precioso símil.
En nuestro interior hay una fuente pura de la que emanan la sabiduría, el amor y la luz.
Pero la ignorancia y la identificación con el ego nos impiden encontrar esa fuente.
La fuente espera nuestra visita.
Es un refugio al que podemos acudir para reconstituirnos y renovarnos.
El mundo exterior llama a nuestro ego y nosotros seguimos esa llamada, alejándonos de la fuente.
Pero hay un camino de regreso.
El alma nos llama.
«Aquél que realiza la ascensión de una montaña y descubre el lugar del nacimiento de un río, se maravilla de la pureza del agua y de su delicioso sabor. A medida que esta agua va descendiendo hacia el llano, se convierte en un río, y recibe impurezas, productos tóxicos vertidos por los habitantes que viven en sus orillas. Cuando llega a la desembocadura para verter sus aguas al mar, aquél que bebe de ella podría envenenarse.
Desde la fuente donde nace hasta el mar, el río representa toda una jerarquía. Esta jerarquía la encontramos en nosotros mismos, desde la fuente que es nuestro Yo divino, hasta el plano físico. Para poder beber la vida pura, debemos apartarnos de las regiones inferiores de los planos físico, astral y mental, e ir en busca del agua a las cimas de las altas montañas en nosotros: nuestra alma y nuestro espíritu.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: playa de Hendaya agosto 2012 (Jorge Tamames)
UN MUNDO, UNA HUMANIDAD
ONE WORLD, ONE HUMANITY