El laboratorio del Museo de la Mente fue inaugurado en 2000 en Roma y narra la historia del Hospital de Santa María della Pietà, que se cerró definitivamente en 1999, después de funcionar cinco siglos como un hospital psiquiátrico. Un itinerario de inmersión narrativa a través de los recuerdos de los solicitantes para una lectura tremenda de la alteridad, sus formas y lenguas, y para combatir el estigma y promover la salud mental. Por Koncha Pinos-Pey para Espacio MIMIND.
El recorrido de esta hermosa visita se inicia con los mapas históricos de las prácticas institucionales y anti-institucionales como un proceso doble y de continua dialéctica de la deconstrucción, la geografía de las limitaciones del espacio, la reconstrucción física, psicología social y la subjetividad; una experiencia que se genera al cruzar la plaza principal del hospital psiquiátrico y la aparición de las primeras historias evocadoras.
El muro y nosotros
Antes de entrar, lo primero que observamos es la distancia que separa el dentro y el fuera, un cruce en la confrontación, tapia, inicio y proceso de separación. Y del muro, metáfora por antonomasia de la institución, que separa las partes: la locura y la cordura. El muro se mira como un espíritu que protege a los de fuera de las locuras de los de dentro.
La palabra «manicomio» es un cultismo que viene del griego manía -«locura»- y komion -«lugar»-. Es decir, lugar para los locos. La locura se ha identificado en la antigüedad con todo aquello “sobrenatural”, “demoniaco” o “pecaminoso” que debía ser erradicado. Solo siglos más tarde se asoció con la pérdida de la razón, cuyo mejor solución era el confinamiento y los horrorosos experimentos que allí se cometían… propios de las torturas más infames.
Muchos de estos lugares habían sido conventos, luego hospitales y finalmente “asilos” o “manicomios”. Algunas de estas instituciones no se hicieron famosas precisamente por ser acogedoras, sino por ser brutales en su trato a los pacientes -los violentos eran reducidos con cadenas, cuerdas o tiras de cuero-. Así pues, cuando pronunciamos la palabra “manicomio”, la usamos también para un lugar caótico, confuso e ingobernable.
El Royal Bethlam Hospital de Londres llegó incluso a ser una reclamo turístico. Por un penique se podía ver un espectáculo con los reclusos. Además se podían llevar palos y golpearles para elevar el tono, algunos los emborrachaban. Solo en 1814 fueron 96.000 personas.
Museos de la Mente en Europa
En las últimas décadas, incluso bajo la presión de la reforma de la atención psiquiátrica hecha en Italia, con la aprobación de la Ley 180 de 1978, los problemas de salud mental se han convertido en una prioridad en las estrategias de salud pública de la Unión Europea, que se resumen de modo esquemático en seis ejes:
- Aumentar la sensibilidad de los problemas de salud mental por parte del Estado, financiando programa innovadores.
- Plantear la cuestión de los derechos humanos y la ciudadanía en el centro de la agenda del desarrollo de los gobiernos y su salud publica.
- Mejorar la legislación existente.
- Generar políticas de salud mental y el desarrollo de servicios con orientación comunitaria.
- Difundir conocimientos técnicos adecuados, no solo entre los especialistas, sino entre todos los profesionales de la salud.
La lucha contra el estigma que rodea la enfermedad mental es el principal objetivo de la acción para promover la salud mental, que pasa fundamentalmente por la información y el conocimiento. Bajo esta perspectiva se están impulsando Museos de la Mente en toda Europa, que documentan la historia de la psiquiatría, y en general los problemas que sufren los enfermos mentales. Estas trayectorias museísticas nos ofrecen una oportunidad de promover programas de prevención mental y ayudar a las instituciones y a la opinión pública a no perder de vista los casos reales y la identificación de nuevas respuestas.
Los Museos de la Mind Lab han creado una red que promueve, a través de sus actividades de salud mental, la creación de un marco para el intercambio y la cooperación de los Estados de la Unión Europea, contribuyendo a reforzar la coherencia de las acciones en diferentes ámbitos de actuación, mediante la creación de una plataforma para la participación de las partes interesadas, incluidas las asociaciones de pacientes, familias de pacientes y la sociedad civil en la búsqueda de soluciones.
Estas son algunos de los principales Museos de la Mente de Europa: Austria, Museo Sigmund Freud; Francia, Musèe Sainte- Anne; Dinamarca: Museo Dr. Guislain.
Los Museos de la Mente sirven para recordar que algo se ha recorrido, y que estas salas que hoy contemplamos con compasión fueron en su día lugar de historias que ya son pasado, afortunadamente.
Una nueva trama
El enlace entre el individuo, la familia y la sociedad puede estar representado por una fina cuerda que se ha roto y reparado a lo largo de la existencia. La enfermedad se representa por un hilo más delgado que se pierde en los extremos. La atención plena entendida como un acoger en el terreno psíquico y somático, interindividua,l necesita un grupo que permita la aproximación de los dos extremos rotos de la cuerda, de una nueva trama, crear un nuevo tejido.
El trabajo en grupo con los pacientes psiquiátricos, familiares y cuidadores para tejer una nueva tela es la única manera de ir reparando el territorio y volver a crear las condiciones para la atención. El entorno de cuidado traspasa los hospitales, los ambulatorios y los centros de salud para pasar al hogar y a otros entornos sociales en los que el paciente poco a poco va venciendo las dificultades. Por tanto, se ha cambiado profundamente la relación entre la persona que tiene ese gran “sufrimiento psíquico” y las personas que «le sostienen”. En la interacción del manicomio clásico, el personal psiquiátrico soporta y contiene al paciente; la interacción con las familias era periódica durante los permisos. Otras veces, ninguna.
Ahora ya se ha observado que incluir al paciente en una comunidad terapéutica, junto con su familia, es una forma sistémica de solución que permite confrontar el fenómeno de adaptación gradual y no detener el ciclo, ni el vínculo familiar. Oportunidades para reunirse, abrazarse y romper el aislamiento. La labor del grupo multifamiliar como recurso al manicomio antiguo quiere ser ante todo un antídoto contra el aislamiento y la elaboración progresiva de recursos individuales, familiares y comunitarios que permita el desarrollo de una mente más compasiva capaz de entender el sufrimiento mental, estimulando la creación de caminos evolutivos.
Por Koncha Pinós- Pey