En todas las tradiciones se encuentran menciones a la Energía Vital. Tiene diferentes denominaciones dependiendo de su origen. Todos hemos oído hablar del Chi o Qi que los chinos denominan para hablar del flujo energético que circula por los diferentes meridianos de la acupuntura.
¿Qué es en realidad la Energía Vital? Hahnemann el fundador de la Homeopatía, dice que la Energía Vital es la que de una forma sabia rige todos los procesos vitales del organismo, físicos, psíquicos, mentales y emocionales. Por eso en terapéutica homeopática se tiene muy en cuenta los procesos mentales para determinar los remedios y para saber el fondo u origen de cualquier trastorno o enfermedad.
Podemos pues decir que cualquier variación en la energía vital que la desestabilice va a producir una serie de sintomatología a la cual denominaremos enfermedad. Si sabemos cuál es el origen en nuestra mente de esta desviación tendremos la clave que nos ayudará a equilibrar la energía vital.
¿Qué puedo pues hacer para poder entender mejor las causas que pueden provocarme bloqueos en mi energía vital? Sin duda la respuesta es tener atención plena. Mindfulness va a permitirme ir hacia mí mismo para poder comprender en plenitud el origen de mis problemas. La mente, el estrés, las emociones perturbadoras, van a producir un sinfín de fluctuaciones que afectarán mis meridianos, mis órganos internos, mis funciones vitales. Todos sabemos que un enfado puede producir cualquier tipo de problemas asociados, desde un dolor de estómago, hasta problemas intestinales, dolor de cabeza, o quedarnos sin fuerza.
Calma mental
¿Por qué, pues, no decido verme a mí mismo para reconocer cuales son los procesos personales, mis emociones y mis bloqueos? Primero puedo ponerme todo tipo de excusas: no tengo tiempo, no sé cómo hacerlo, no soy constante. ¿Qué puedo hacer, pues? Mindfulness nos va a ayudar, primeramente, aportándonos calma mental. La calma mental es necesaria para que podamos mirarnos a nosotros mismos. Parar la mente es necesario para poder conocernos y poder ver las emociones o los factores emocionales que debemos conocer.
La calma mental será la parte previa para que podamos luego profundizar en nosotros mismos y entendamos el origen de nuestros síntomas y perturbaciones en nuestra salud.
En Medicina Tradicional China se establece una correlación entre los órganos y las emociones, entre los cinco elementos y las posibles alteraciones del Qi . Consideremos pues que hay cinco elementos a través de los cuales la Energía Vital se manifiesta, estos son: el fuego, el agua, la tierra, el metal y la madera. Tradicionalmente se dice que los elementos se alimentan entre sí en ciclos generativos y se controlan entre ellos equilibrándose para que todo el sistema se mantenga en equilibrio. El equilibrio entre las dos energías primordiales, el yin y el yang, hacen que surja la armonía que permite que el flujo del Qi sea el adecuado y por tanto estemos en estado de salud.
El primer elemento que analizaremos es el metal que está asociado a los pulmones como órgano y al intestino grueso como víscera. Todos los problemas que podamos tener asociados a estos serán pues por el desequilibrio de la energía en este elemento. Corresponde al ciclo anual del otoño y por tanto a la época donde el frío poco a poco irá instalándose y afectará al pulmón y todos los trastornos asociados, resfriados, bronquitis y otros.
En el otoño la naturaleza empieza a cambiar después del verano y los tonos pardos de las hojas y la savia de los árboles deja de fluir, el frio del elemento metal empieza a adueñarse del paisaje y de nuestros cuerpos. Parece que apetece quedarse en casa y no salir tanto por los cambios de tiempo.
A nivel emocional podemos asociar este elemento a la tristeza, por tanto puedo decir que cuando tengo algún trastorno en el pulmón debo preguntarme que está sucediéndome a nivel emocional o qué me produce esta emoción, o quizás no sea consciente de lo que me está sucediendo internamente. Entonces debería meditar y encontrar la raíz de esta tristeza. Sentirla, saber donde está depositada y sin juzgarla, reconocerla y abrazarla. En este momento se producirá en mí una transformación que no podré explicar racionalmente, solamente podré ver los resultados, y sin duda mi pulmón se verá reconfortado y empezará el proceso de recuperación y sanación.
Dejemos que fluya
El órgano complementario de pulmón es la piel, aquella barrera entre nuestro cuerpo y nuestro entorno, entre nosotros y los demás. A través de la piel yo puedo sentir, puedo expresar mi afectividad y puedo sentir los cambios en mi entorno, temperatura, textura, a través de la piel puedo expresarme y conectar con mis profundas emociones.
Uno de los lugares más importantes donde se deposita el estrés es el intestino grueso. Es la parte yang del elemento metal. Nuestras emociones y el estrés se depositan en el intestino y a veces producen todo tipo de reflejos y síntomas, dolores, estreñimiento, diarreas, irritaciones. No sabemos soltar y relajarnos, las tensiones nos invaden y deberíamos estar más presentes con nosotros mismos para poder drenar este cúmulo de energías que no fluyen. El Qi se estanca, pero no solo en el intestino, sino sobre todo en la mente. Debo pues prestar atención y permitirme tener el tiempo suficiente para estar presente aquí y ahora y soltar.
Vamos pues a prestar atención a este elemento y vamos a meditar en el pulmón y en el intestino grueso, veamos que depósitos emocionales tenemos y profundicemos en ellos, dejémonos sentir, sin juzgar, sin ponerle juicio, sin ponerle ni siquiera nombre, solo dejar que fluya.
Si tengo estrés voy a permitir que mi intestino se libere, solamente lo voy a observar y… relajar, no juzgar, sentir y fluir.
La Energía Vital pues puede darnos muchas pistas a cerca de nosotros mismos siempre que dejemos que fluya y que pueda ensamblarse en la naturaleza de nuestra propia mente, en la creatividad, en el flujo de la vida.
Por Josep María Gasset i Salafranca