Entrevista Nelic Gironès: «Somos un país puntero en la cualificación de instructores de Yoga»

2013-02-21

La Asociación Española de Practicantes de Yoga (AEPY) ha dado un significativo avance, después de 12 años de empeño, en su objetivo de lograr el reconocimiento oficial de la profesión de enseñante de Yoga, que estará encuadrada en finalmente en “Deporte” y que se llamará “Instrucción en Yoga”. Conozcamos más a Nelic Gironès, su presidente.

Nelic Gironés

Su interés en el desarrollo del ser humano llevó a Nelic Gironès desde la Gemología y la dirección de empresas a la enseñanza del Yoga, la psicoterapia y el Qigong.  Hoy preside la AEPY (Asociación Española de Practicantes de Yoga) y es creador de unos talleres llamados  “Un Puzle, Dinámica del Bienestar”.

¿Cómo llegaste al Yoga?
Llego al Yoga con muchas alteraciones físicas, sintiéndome mal, buscando una salida. Hacía tiempo que ni mental ni físicamente estaba en condiciones: en manos de psiquiatra y con ansiedad. La casualidad me llevó al Yoga. Pero no fue solo la práctica, sino el estudio del Yoga y entender esa vida distinta que yo tenía que llevar lo que me liberó y lo que recuperó mi salud. Aunque hasta un año después tuve que llevar los tranquilizantes en el bolsillo, si no, no me sentía seguro.

¿Cómo te hiciste terapeuta?
Primero fue mi salud; luego entender mejor al ser humano. Estudié Yoga, psicoterapia y también budismo. Budismo no entendido como religión, sino como el estudio de las funciones de la mente, las emociones, la psicología del ser humano. De aquí nace lo de hacerme psicoterapeuta; de alguna forma yo sentí que tenía que devolver a los demás todo ese bienestar que el Yoga me había dado a mí. Entonces empecé a crear talleres para enseñar a acercarse al sector espiritual y entender el acto de vivir como algo fácil. He trabajado con adultos,  en la cárcel, con gente mayor, con niños…

¿Cómo entiendes la práctica del Yoga?
El Yoga por sí solo es una práctica estupenda para la salud, pero es una filosofía de vida que hay que aceptar y asumir sin resistencias, y hay que vivirlo en consecuencia, permitiendo, fluyendo;  porque si no, te quedas en el espacio teórico del Yoga y nada más; vas a aprender a valorar lo correcto o qué decir, pero si no has aprendido a dominar tu ego, seguirás cometiendo los mismos errores. Practicar Yoga es mucho más que ir dos veces a clase por semana si luego te olvidas de ello…

¿De qué forma llegas a la AEPY?
Estaba practicando con una gran maestra, Cristina Mata, y ella es formadora de AEPY. A mí no se me hubiera ocurrido ser profesor de Yoga, pero, de repente, cuando ya llevaba un tiempo de práctica, Cristina preguntó  si alguien se iba a apuntar para el curso de formación…  Ni sabía que existían tales cursos, y me apunté con el ánimo de conocer más. Ningún interés económico me movió en el Yoga. Yo venía del mundo de la empresa,  las recientes nuevas tecnologías, de forzar acuerdos con los clientes… Ese saber un poco más sobre Yoga me catapultó hacia una visión distinta de la realidad que me rodeaba, con otras creencias y otros ideales. Los miedos cambiaron.

Y me afilié a la AEPY. En el segundo curso de formación daba alguna práctica. Me encontraba muy a gusto, y cuando terminé mis estudios, había dejado mi trabajo y me dedicaba exclusivamente al Yoga; desde entonces hasta ahora me dedico únicamente al Yoga, a la psicoterapia y a ofrecer los talleres de “Un Puzle, Dinámica del Bienestar”. Desde que me apunté a la asociación, por esa tendencia a abrirme a los demás, fui diciendo que sí a todas las propuestas de colaboración.

Recordemos los principales objetivos de la AEPY…
La asociación tiene como objetivo la regulación de la enseñanza del Yoga y la difusión de su práctica. Asimismo, atender las necesidades de información y asesoramiento de sus asociados. Fomentar y ayudar a desarrollar proyectos concretos de sus miembros relacionados con la divulgación de la práctica del Yoga.  Esto comporta también representar, gestionar y defender los intereses profesionales de sus asociados.

AEPY es un órgano de unión y coordinación que fomenta el espíritu de solidaridad entre sus miembros y actúa en apoyo y defensa de la filosofía del Yoga. Hace doce años que estamos trabajando para la cualificación del Yoga en España, a través de miembros que han realizado una espléndida labor, junto a las entidades IYTA y Sadhana, apoyados por las respectivas juntas directivas.

Conjuntamente hemos estado trabajando los requisitos de la Ley del Deporte en Catalunya, aunque todo esto nos lleva a conclusiones que podemos tener en cuenta cuando hablemos de la reciente Federación que se ha creado para adaptar la aprobación de la cualificación del Yoga.

Imagino que otro de los objetivos de la AEPY es velar por la calidad de la enseñanza del Yoga en España, pues eso también dignifica el Yoga y a sus profesionales.
La formación de profesores de Yoga (pronto Instrucción en Yoga) de AEPY goza de prestigio. Por su experiencia,  pulcritud y por la exigencia del comité pedagógico. En  nuestra asociación no es fácil ser formador. Lo que hemos hecho en la AEPY es tener un riguroso control entre las escuelas asociadas. Por ejemplo, una persona se convierte en profesor por medio de los estudios, la AEPY lo titula y tiene que esperar diez años para presentar su tesis como formador de profesores de Yoga. Por eso los títulos de la AEPY se valoran, si no ante la Administración, sí tienen un valor intrínseco en el mercado.

En comparación con otros países de nuestro entorno, ¿la calidad de nuestra enseñanza y formación en Yoga está en un buen nivel?
Yo creo que sí, de forma generalizada. La AEPY es miembro de la Unión Europea de Yoga (EUY), hasta ahora seguimos las mismas enseñanzas en horas, metodología, etc. No obstante, personalmente pienso que la enseñanza depende mucho de la interacción estudiante-formador, de la forma en que tú conectas con el formador -y recomiendo que si alguien está estudiando para profesor de Yoga  y no conecta con el formador, que cambie de escuela-. Es importantísima la motivación personal, el movimiento interno que se produce para convertirte en profesor de Yoga.

La regulación es distinta en cada país, pero a España se la podría calificar de país puntero en conseguir que la Administración cualifique la “Instrucción en Yoga”.

¿Qué recomendarías a ese practicante que quiere hacerse profesor de Yoga?
Tú puedes seguir unas pautas teóricas o unas pautas integradas, en las que estás entregándote completamente al hacer del Yoga. Pero para entregarte tienes que salir de un espacio en el que te has planteado muchas cosas y lo has pasado mal, por decirlo de alguna forma.

El estudio del Yoga no es una prueba, a ver si me convence la formación y me quedo. El Yoga tienes que encontrarlo como un camino que recorrer y un aprendizaje de cosas nuevas que sólo caben si desaprendes las cosas viejas, para dejar espacio y paso a todo lo que va entrando. Hasta que llega un momento en el que notes que tu vida se transforma, y entonces  empiezas a trabajar ásanas, y empiezas a enseñar ásanas. En esa transformación que no acaba nunca es cuando te conviertes en un buen profesor de Yoga.

Se podría aconsejar entonces al aspirante a profesor que apele a su responsabilidad personal para indagar sobre la sinceridad de su intención
Tiene que indagar, claro, y encontrar un espacio en el que se sienta muy a gusto. Que no aprenda Yoga por hacerlo, o solamente porque el médico ha dicho que va bien para la espalda o para los nervios, porque el Yoga va mucho más allá.

Tiene que estar a gusto con el espacio, con el formador, con los compañeros. Y no es cuestión de comodidad, de que el lugar le quede cerca de casa, sino de que uno encuentre la persona con la que conecta, porque el Yoga le llevará a una superación, a entender y a percibir las cosas de una forma diferente, a darse cuenta de que está unido a todo, de que no es un elemento independiente. Y en esta unión con todo, primero está el pensar en lo que puedes dar, antes de pensar en lo que puedas recibir.

Hay quienes critican el negocio que hay en la formación, donde se dice que había mucho dinero a ganar. ¿Cuál sería tu respuesta?
No hay mucho dinero en formación, no lo hay. Siempre que ha enseñanza hay ingresos, porque te garantizas alumnos para una serie de años. Actualmente se hacen formaciones de todo, inventándoselas en muchos casos.  Pero si estamos hablando del Yoga de verdad, y en la AEPY solo nos interesa ese Yoga, es imposible tener un centro, una secretaria, publicidad, un 21% de IVA, y todos los gastos que puede tener un empresario, y que luego las clases fueran gratuitas.

No solo no hay mucho dinero sino que, al contrario, lo que hay son formadores que están haciendo verdaderos sacrificios para mantener sus centros. Es más, un formador no se podría mantener si no tuviera un centro abierto donde acudiera más gente. No es lo mismo que en otros países; el Yoga no es una moda, aquí somos bastante auténticos.

Para terminar, ¿cómo te gustaría que se conociera la AEPY?
La AEPY se quiere considerar una asociación con historia, constructiva y democrática. Trabajando a favor del Yoga para que nuestros socios se sientan cómodos e ilusionados por su práctica.

http://www.aepy.org