Ramiro Calle escribe esta bonita composición en homenaje a un amigo, un profesor enamorado del servicio a los demás que lleva 11 años impartiendo clases de meditación a personas mayores: Paulino Monje. Foto: Thor Castro.
Cada día valoro más a esos profesores que, de manera totalmente desinteresada, llevan las enseñanzas y técnicas del Yoga a personas que realmente lo necesitan, personas ancianas o enfermas o discapacitadas o postradas, o que no pueden abonar ninguna suma por carecer de medios o que están en la carcel. Esos profesores demuestran una actitud humanitaria y de genuinos karma-yoguis, ya que el Karma yoga es el Yoga de la acción consciente, amorosa, desinteresada y libre de egocentrismo.
No puedo dejar de reseñar y resaltar en este sentido a mi buen amigo Paulino Monje, que llegó a mi centro de Yoga, Shadak, hace muchos años y se preparó muy a fondo en el campo de la meditación y el Yoga mental para poder él mismo trasladar estas enseñanzas a los que él cariñosamente denomina «mis jóvenes mayores».
Desde hace nada menos que 11 años viene impartiendo altruistamente clases de meditación a miles de personas mayores en el Centro de Mayores de Moratalaz y en otros centros similares. Llega a tener en sus concurridas clases más de cien personas por sesión, y sus alumnos se benefician de las milenarias técnicas del Yoga, que tanto pueden hacer por la mente humana armonizándola y convirtiéndola en fuente de dicha y bienestar.
Desde este formidable portal de Yoga quiero enviar mi más sentidas felicitaciones a Paulino Monje y a todos aquellos profesores que hacen una labor tan fecunda y beneficiosa.
¡Qué muchos años más puedas seguir en tu preciosa labor, Paulino, dando ejemplo de verdadero karma-yogui!
Ramiro Calle