¿Qué nos aporta el yoga en tiempos de crisis? ¿Qué debemos buscar en su práctica cuando todo es convulso a nuestro alrededor? A estas y otras preguntas contesta uno de los profesores más queridos de Catalunya: Sadânanda.
Desde muy joven se sintió atraído por la vida espiritual, y en el yoga encontró el camino que estaba buscando. Posteriormente se formó como profesor de yoga y profundizó en los métodos más importantes. Por ejemplo, se formó en Ashtanga con B. N. S. Iyengar i Seshadri en Mysore. Finalmente conoció a su Maestro Dr. K. P. Kumar (India), del cual ha aprendido los aspectos más profundos de la sabiduría del yoga y recibió el nombre de Sadânanda (siempre feliz).
Fundador de Yoga Mandir e impulsor del Satyam-yoga, lleva 30 años dedicado a la enseñanza y difusión del yoga. Imparte seminarios por distintas ciudades españolas y viaja a India regularmente con grupos de estudiantes donde les enseña a conocer y percibir la aportación espiritual de los lugares más sagrados.
¿Cuál es para usted la esencia del yoga, cómo se lo transmitiría a un profano en la materia?
El yoga es la ciencia que nos lleva a evolucionar como seres humanos. Nos enseña a conocernos a nosotros mismos, a saber diferenciar aquello que somos de aquello que tenemos. A través de ese conocimiento de quiénes somos conectamos con nuestro potencial y consecuentemente aprendemos a dirigir y gestionar nuestra vida, aceptando nuestra realidad, entendiendo por qué nos ocurren ciertas cosas y aprendiendo a vivir el presente, disfrutando de cada instante.
¿Qué cree que debe buscar quien se inicia en el yoga?
El yoga es para aquellas personas que buscan un equilibrio en sus vidas, a nivel físico, emocional, mental e incluso espiritual. Por lo tanto es para quien desea mejorar como ser humano, para quien desea sentirse bien consigo mismo y encontrar un sentido a su vida.
¿Qué aporta el yoga que no ofrezca otros sistemas de armonización cuerpo-mente?
El yoga aporta ir más allá del cuerpo y de la mente, nos enseña a alcanzar el plano intuitivo y a conectar con nuestro verdadero Ser. En este punto sucede una importante transformación en el practicante que se materializa en la capacidad de saber desenvolverse en su vida cotidiana.
También ocurre que en esa transformación se van limpiando “cristalizaciones” en el plano mental, bloqueos emocionales e incluso mejoran algunas enfermedades del cuerpo físico. Con lo cual experimentamos cambios de hábitos y de costumbres de forma natural, sin imposiciones. El yoga no es restrictivo, sino que a través de la práctica se van dando ciertas modificaciones en nuestra vida, de acuerdo a nuestro nivel de experimentación.
¿Con qué actitud vive actualmente el yoga?
El yoga hay que vivirlo desde la sinceridad, la humildad, la honestidad, la coherencia, la constancia, la determinación, con una mente abierta, desde el corazón y con una clara vocación de servicio. Y con paciencia; esta es muy importante, ya que todo tiene su tiempo de germinación. Ya sea nuestro proceso evolutivo, un proyecto o una idea, si los interrumpimos mediante nuestra exigencia de resultados, impedimos que ese proceso llegue a su florecimiento.
En estos tiempos difíciles, ¿qué cree que puede aportar el yoga?
Serenidad, ecuanimidad, saber reaccionar y visión profunda. Desde la conexión con nuestro Ser la realidad que nos envuelve se percibe desde una perspectiva más amplia, lo que le permite al practicante no caer en la negatividad, el pesimismo o la visión limitada de las cosas. Si las circunstancias nos superan difícilmente podemos actuar o reaccionar. Pero si nos mantenemos en equilibrio, actuamos desde la serenidad y ello nos permite ser más efectivos a la hora de solucionar ciertas adversidades. Digamos que el yogui/yoguini es aquel/aquella que sabe navegar en medio de la tempestad, y cuando sabemos coger el timón de nuestra vida sabremos ir en la dirección adecuada.
¿Qué les diría a quienes piensan que el yoga es un ejercicio meramente físico?
Seria importante que las personas que practican yoga o quieran practicar sepan que el yoga no se limita a una práctica de posturas físicas. En realidad el yoga es una ciencia espiritual, que nos lleva al equilibrio entre materia y espíritu.
Ciencia en el sentido de que todo lo que el yoga expone y propone puede ser alcanzado por cualquier persona que lo practique. No se trata de ideas o creencias, sino de conocimientos reales y tangibles, y así lo han demostrado a lo largo de la historia los distintos maestros y discípulos que han alcanzado la maestría.
Y espiritual en el sentido de que el yoga nos enseña cómo conectar con nuestra alma, trascendiendo el ego. La traducción literal de la palabra yoga es unión, pero esta unión debe ser realizada equilibrando los dos aspectos que unimos en la misma proporción, ese es el verdadero significado de la palabra yoga. Si no hay equilibrio entre materia y espíritu, entre vida interior y vida exterior, entre personalidad y alma, no hay yoga. Cuando conseguimos esta “unión equilibrada” experimentamos quiénes somos realmente, experimentamos la verdadera felicidad, la verdadera paz y el verdadero amor.
Para ello es imprescindible la práctica regular de la meditación, el trabajo con el sonido (mantrams), el estudio de la sabiduría y poner en práctica las enseñanzas.