La meditación es la experiencia directa de la propia mente (pensamientos, emociones, sensaciones, percepciones) así como de la propia consciencia (el percatarse de todo ello).
Tal y como afirma Nisargadatta, todos nuestros problemas comienzan cuando creemos ser el cuerpo-mente, cuando nos identificamos con el cuerpo-mente. La propuesta meditativa consiste en examinar lúcidamente esta supuesta identidad. No en condenarla, rechazarla o criticarla, sino en observarla. Entonces, cuando observamos, cuando somos conscientes del cuerpo, de la mente, de los pensamientos… ¿quién observa? ¿Quién es consciente de todo ese conglomerado de energías? Y ahí, en ese principio que es consciente, radica nuestra auténtica identidad, nuestro auténtico YO, que es libre por naturaleza.
Además de un encuentro con tu ser…
- El arte de meditar exige y proporciona flexibilidad, apertura, generosidad en el esfuerzo y adaptabilidad. Todas ellas son cualidades sinérgicas que se refuerzan mutuamente.
- Meditar aclara tu mente y al mismo tiempo la acalla, calma sus vaivenes.
- Te fortalece ante los dolores de la vida y demanda un compromiso de atención a la experiencia, de firmeza y flexibilidad, de pasión y ternura.
- Incluso en los niveles más elementales de la práctica, te descansa y te permite recargar tus energías.
- Bajará tu tensión arterial (si es que la tienes demasiado alta) o se equilibrará.
Por Juan Ignacio Iglesias
Quién es
Juan Ignacio Iglesias es licenciado en Filosofía, profesor de esta asignatura en Cáceres y escritor.
Es autor de La meditación deconstruida (Ed. Kairós) y Un camino de libertad (Dilema Editorial) y Ouarzazate (Editora Regional de Extremadura), una novela en la que también asoman sus inquietudes vitales y espirituales.
Fue durante años asiduo colaborador de Cuadernos de Budismo, revista para la divulgación del dharma budista en España.