Este mudra calma la mente y tranquiliza la avalancha de pensamientos o las emociones alteradas. Es potente y puede cambiar los rasgos de carácter y elimina las conductas adictivas.
Las yemas de los dedos medios, las dos primeras falanges de los índices y los pulgares se tocan. Los otros dedos están doblados hacia dentro. Los pulgares señalan hacia el pecho y los codos están levantados hacia fuera.
Inspira y espira despacio 10 veces. Después observa la respiración alargando las pausas tras cada inspiración y cada espiración.
El Kalesvara Mudra tranquiliza la avalancha de pensamientos o las emociones alteradas. Cuanto más se tranquiliza la persona, mayores se hacen los intervalos entre los pensamientos. Al mismo tiempo, aumenta la capacidad de discernimiento para poder realizar nuevas observaciones sobre uno mismo, buscando y encontrando soluciones.
Cuando se produce una hiperactividad del «aparato pensante» o por ejemplo se da vueltas a determinados pensamientos sin poder detenerlos, la flor de Bach número 36, el castaño de Indias, produce auténticos milagros.
Este mudra también se emplea para cambiar rasgos del carácter, estimular la memoria y la concentración o suprimir comportamientos adictivos. Para ello debe practicarse a diario, como mínimo de 10 a 20 minutos.
A lo largo de nuestra vida vamos puliendo los rasgos de nuestro carácter del mismo modo que el escultor hace una estatua a partir de un bloque de piedra informe. Pero esto en ningún momento debe convertirse en una batalla contra uno mismo, sino una guía amorosa y comprensiva hacia la dirección correcta. Por desagradables y molestos que puedan ser los rasgos negativos de nuestro carácter, nuestros malos hábitos o adicciones, una vez superados, nos hacen avanzar.
- Pregútate primero qué te aporta esta característica o hábito.
- Pida a la Conciencia Cósmica su ayuda y complicidad en este proyecto.
- Describe la nueva cualidad o hábito con tanto detalle como le sea posible.