El Yoga de la Sanación psicofísica /2

2018-02-05

En la anterior entrega de este artículo hemos estudiado cómo las ideas y la actitud mental-emocional pueden causar la enfermedad del cuerpo en la persona. Ahora pasemos a examinar cómo la actitud mental y sentimental pueden causar la recuperación de la salud a través del Yoga de la Sanación psicofísica.

IMG 9698

Foto: Kiko Izquierdo. En la foto, Gloria Rico Narváez, profesora de yoga.

Hace pocos meses que tengo un velocímetro instalado en la bicicleta. Cuando por la mañana recorro el Paseo Marítimo camino de YogaSala Málaga o por la tarde cuando regreso, he observado cambios no intencionados en la velocidad que alcanza el vehículo. Examinando más detenidamente el fenómeno (psicofísico), a modo de meditación ciclista (y los ciclistas, y más aún los yogui-ciclistas con certeza sabrán a lo que me refiero) comprobé que el aumento o la disminución en la cadencia de mi pedaleo estaban en relación directa con la calidad de las ideas y otros fenómenos mentales que me transitaban por la mente. Cuanto más positivas las ideas, tanto mayor la velocidad (sin excesos).

Este fenómeno, que puede parecer en principio anecdótico, está atestiguado científicamente por numerosos estudios estadísticos, tal como recoge el libro La Ciencia del Lenguaje Positivo, de Yoldi, Hidalgo y Castellanos, referido a palabras positivas. Como es conocido, el pensamiento verbal es sólo una parte de los fenómenos mentales, aparte de los cuales, entre otros, podemos citar las figuraciones, las emociones y los recuerdos. En cualquier caso, aquel libro recoge, de modo científico, la relación que existe entre las palabras-pensamientos positivos y la salud, la longevidad, la energía y la eficiencia en las tareas realizadas por personas. Igual cabría decir de la relación entre cualquier fenómeno mental y estos efectos benéficos.

¿Cómo puede intervenir de modo positivo las prácticas del Yoga, asanas, pranayamas y meditación, a este respecto?

Recuerdo que en una ocasión asistí a un curso de meditación. En este curso, en la sala de práctica, estaba establecido el orden de que se sentaran los más veteranos delante y los más principiantes atrás. Cuando uno tenía la visión de conjunto de toda la sala, aquello parecía la tradicional lámina de la evolución de lo homínidos, donde los encorvados especímenes primitivos dan progresivamente lugar al erguido sapiens-sapiens.  Salvo excepciones, los principiantes tenían posturas sedentes encorvadas y abatidas, y los veteranos, posturas relajadamente erguidas.

Aprovecho la ocasión para señalar que aquella lámina de la evolución de los homínidos es por completo errónea. En el homínido la posición encorvada es tan ineficiente y perjudicial que no pudo haber, en contra de lo que el tópico sugiere, medias tintas: o se es cuadrúpedo o se es bípedo, el paso intermedio, aunque en principio pudiera parecer lo lógico, es filogenéticamente insostenible. Si bien, esta creencia popular nos sirve para observar que, en nuestro imaginario, las posiciones físicas encorvadas en las personas son consideradas como símbolo de lo primitivo y animalesco.

Mente positiva

Del mismo modo que las ideas y los fenómenos mentales positivos generan posiciones erguidas y expandidas, esto es, posiciones “inteligentes”, enérgicas y saludables, el yoga en general y en particular la práctica de las yogasanas o posiciones y ejercicios de yoga, al generar posiciones físicas positivas, causan fenómenos mentales de índole positiva. Repito que este hecho lo podrán apreciar principalmente quien cuente con suficiente experiencia en la práctica del yoga.

En cualquier caso, tanto para la personas experimentadas en el yoga, como para quien todavía no se haya iniciado lo suficiente en la práctica, cabe señalar y comprender que cuando la imitación de lo real es tan perfecta y adecuada a lo real, como no se pueden distinguir propiamente, la imitación se convertiría en lo real, es decir, sería por completo verdadero y no imitativo, semejante o parecido. Este principio, que podríamos llamar tautológico, si se me permite el tecnicismo, aplicado a la persona sería algo así: si la posición de una persona es verdaderamente relajada, enérgica, expandida, alegre y vital, si su respiración es del mismo signo, armoniosa, amplia, larga, poderosa y libre, la persona tendrá una actitud mental igualmente positiva.

Aquí no cabe la sugestión o el engaño. Quien se siente bien, es que de hecho está bien, porque aquí el hecho es precisamente de carácter subjetivo, es un sentir (ojo, un sentir o sentimiento, no una emoción). A través de la práctica del yoga podemos cambiar la causalidad mente-cuerpo-mente en un sentido positivo, creando de este modo un círculo virtuoso.

Dicho en términos budistas: habremos puesto en marcha la Rueda del Dharma. Si fenómenos mentales erróneos causaron una posición física y una respiración errónea, a través de la práctica primero de las asanas y, con el tiempo, del paranayama o ejercicios de respiración, estableceremos una postura física relajadamente enérgica y libre, y una respiración del mismo signo, con lo que con certeza lograremos la correspondiente actitud mental positiva y saludable.

Como habrá apreciado el lector he elegido la palabra “errónea” para referirme a determinadas posiciones físicas habituales, que en la anterior entrega llamamos “antiasanas”. Igual con las respiraciones igualmente erróneas, que hemos designado como “antipranayamas”, me refiero a respiraciones sofocadas, débiles y jadeantes. ¿Son verdaderamente erróneas tales posiciones y modos de respiración? Con absoluta certeza. Tales posiciones y respiraciones son vividas con desasosiego, inquietud, tristeza o sufrimiento y generan, como ya señalamos en la anterior entrega, diversas dolencias, además de estar aparejadas a la confusión mental. Por tanto de modo tajante podemos decir que son claramente erróneas.

¿Mente errónea?

El lector/a sagaz tal vez, uniendo cabos, se pregunte: ¿Si estas posiciones física y modos de respiración son erróneos… qué ocurre con los fenómenos mentales a los que van aparejados en relación mutua de causa y efecto? ¿Podemos hablar en términos absolutos de fenómenos mentales erróneos?

Como suele decirse, quien formula una pregunta de algún modo ya conoce la respuesta, por eso es que puede formularla. En realidad la sucesión de pregunta-respuesta no es más que la celebración del ritual discursivo del diálogo.

En un próximo artículo, que publicaré en este mismo medio de YogaenRed, hablaré más en extenso sobre este asunto de los fenómenos mentales erróneos y sobre los positivos.

Precisamente la práctica de la meditación es el enfoque directo sobre los fenómenos mentales, en relación con la posición física, estudiada específicamente a través de las asanas y los modos de respiración, estudiados mediante el pranayama.

Por su parte, la relación entre el intelecto y las vísceras ha sido ampliamente estudiada por el neurofisiólogo portugués Antonio Damasio, recogiendo numerosos casos clínicos y datos. Damasio se centró principalmente sobre la toma de decisiones: el intelecto es una facultad de carácter analítico. La voluntad, por su parte, es de carácter visceral. En otras palabras, el intelecto despliega las opciones, y visceralmente decidimos entre las opciones que el intelecto ha desplegado. Lo cual explica el fenómeno cotidiano de que el los trabajos intelectuales nos agoten a nivel visceral (y también muscular) lo cual es de experiencia común.

Extendiendo este fenómeno, podemos inferir que el intelecto de modo continuo “consulta” con las vísceras la verdad de los pensamiento que examina. Esto es un fenómeno que habían observado los antiguos, tanto de Oriente como de Occidente. Por eso en la China antigua se sitúa el pensamiento en el corazón, y Platón dice que parte de la psique se ubica en el corazón y el abdomen.

Por lo tanto, pensamientos de carácter negativo o positivo afectan el funcionamiento de los órganos de modo negativo o positivo. El proceso es del siguiente modo: ideas negativas son percibidas con malestar por parte de los órganos, y las ideas positivas como beneficiosas para los órganos. Y recordamos de nuevo el principio: sentir y ser en esta esfera (y cabría añadir, en todas) es lo mismo.

Estos hechos explican que la práctica del yoga (asanas, pranayamas y meditación) nos hagan pensar de un modo más claro y cierto, dicho en sánscrito: satya.

El yoga promueve salud

Admitamos si se quiere que hay una influencia directa entre la calidad de lo fenómenos mentales y su efecto en el cuerpo. Admitamos también, como hemos dicho, que haya una influencia indirecta entre los fenómenos mentales sobre la salud a través de las posiciones menos o más saludables que el cuerpo adopta y los modos en que se respira, menos o más amplios, eficientes, energéticos y libres. Por fin hay que señalar un tercer modo en que la calidad del pensamiento actúa sobre la salud, y es a través de los hábitos que la persona adopta.

Me explico: es un fenómeno común que la persona que empieza su camino evolutivo a partir de la práctica del yoga, con el transcurso del tiempo comienza a abandonar hábitos nocivos, como son el uso de intoxicantes (tabaco, alcohol, drogas legales o ilegales, etc.), el consumo excesivo de carne, etc. Al mismo tiempo comienza a adoptar hábitos beneficiosos para la salud y la persona, por ejemplo, realiza más ejercicio, descansa más y mejor, se nutre mejor (menos cantidad y más calidad de los alimentos, más frutas, verduras y otros vegetales, menos alimentos refinados y procesados y más naturales, más hierbas aromáticas y medicinales, etc.).

En ocasiones se olvida este hecho evidente y de sentido común: las ideas positivas, la claridad de la mente, la mayor conexión consigo, que por lo general las personas que practican yoga experimentan, conducen a una mayor y mejor comprensión y discernimiento de lo que es pernicioso o beneficioso para la salud.

Por fin señalar que estos tres modos que relacionan de manera positiva la calidad de los fenómenos mentales con la salud actúan de modo conjunto: de modo directo mente-salud; de modo yóguico-curativo mente-cuerpo/respiración-salud; y a través de una mayor comprensión de lo que es saludable, mente-hábito-salud.

Ya el filósofo Hume señaló la dificultad de establecer de modo preciso la relación causa y efecto. Puesto que el Yoga de Sanación Psicofísica actúa de modo conjunto en estos tres modos, es difícil discernir qué cuota en importancia y efecto corresponde a cada una de estas tres maneras. Y como dice la fábula budista del herido por la flecha, en realidad, tampoco nos importa. Si no vemos heridos por una flecha no queremos estudiar a composición de la misma, sencillamente extraerla y curarnos.

El Yoga y las ideas-semilla

En cualquier caso, dado que la mayor parte de las actividades de yoga que se realizan se centran en las asanas o ejercicios físicos, es preciso recordar que la salud a través de la práctica del yoga se procura (entre otros factores) a través de: la energía, la relajación y el espacio, por zonas específicas y, sobre todo, del conjunto del organismo. Si el cuerpo, a través de la práctica del yoga (o como fuere), logra estar pleno de energía, cómodamente expandido, flexible y relajado, y su respiración por consiguiente es amplia, armoniosa y libre, entonces ese cuerpo está sano, y la mente clara y calma (Recordemos que cuando la imitación es idéntica a lo original o real, entonces la imitación  se convierte en la realidad misma).

En otras palabras: a través de la práctica del yoga adoptamos la posición física y la respiración correspondiente a un cuerpo sano y una mente serena y clara. De este modo causamos salud física y la claridad y serenidad mental (esto último sería el Yoga de la Sanción Fisiopsíquica).

Ocurre que las personas que se acercan por vez primera a la práctica del yoga suelen estar movidas por un impulso inicial, que pueda provenir de algunas explicaciones escuchadas o leídas, el ejemplo de algún conocido que mejoró notablemente su aspecto de salud al practicarlo, una intuición o vislumbre personal, etc. Por eso es importante destacar el papel desempeñado por las ideas-semilla en la salud de la personas. En algún punto es necesario que se ponga en marcha la rueda del Dharma: mente-cuerpo-mente. Incluso las personas que se acerquen al yoga de un modo lúdico o deportivo, se sitúan en la oportunidad de descubrir sus efectos positivos sobre esferas más profundas de su ser. Y quien se acerca al yoga movido por su filosofía o su mística, puede acercarse también hacia una experiencia más personal y directa, no meramente intelectual o folclórica de lo que es el yoga.

Esas motivadoras ideas-semilla no necesariamente tienen que ser largas parrafadas filosóficas o severos sermones. En ocasiones son suficientes unas sencillas palabras de cariño o aliento, una metáfora, un mantra en cualquier idioma, una figura poética. Además de las palabras, también existen los gestos-semilla, una sonrisa, un abrazo, una posición física relajada, acogedora y abierta. Y también está el arte, una bella lámina con una figura humana o divina inspiradora, una fotografía, película o vídeo que genere buenos sentimientos. Una bonita música, un armonioso canto, una danza…

Es a través de estas ideas-semilla, de estos gestos-semilla o del arte inspirador cómo en la Humanidad y en el Universo la luz va ganando terreno sobre la oscuridad y las sombras. Pero… eso no es solamente el devenir de la Historia, sino que se trata en realidad de otra historia.

Salud, energía, calma y felicidad para todos.

Joaquin Garcia Weil por Vito RuizJoaquín G Weil

El próximo seminario en el que participo es este:

Seminario gratuito “Salud y Energía a través de los ajustes de columna: Yoga y Quiropráctica”. José de San Juan, Rafael Valencia y Joaquín G Weil. Sábado 3 de marzo. En YogaSala Málaga.

https://iayoga.org/blog/2018/01/04/seminario-gratuito-salud-y-energia-a-traves-de-los-ajustes-de-columna-yoga-y-quiropractica-jose-de-san-juan-rafael-valencia-y-joaquin-g-weil-sabado-3-de-marzo-en-yogasala-malaga/