Hablar de los Vedas es hablar de toda una cultura milenaria, de las más antigua que existe, transmitida de unos a otros hasta llegar a nosotros, traspasando fronteras, porque es y fue creada para su extensión ilimitada, para ayudar al hombre y con ello ayudar al mundo a entender su existencia». Escribe Mayte Aguado(Maheshwari).
El Yoga del dealiento de Arjuna: “…Y cuando un pueblo pierde sus tradicionales virtudes encuentra el vicio y la impiedad. Es así como se corrompen las mujeres de una familia y se altera la pureza de la sangre. La adulteración de la sangre empaña los ritos y ceremonias realizados en honor de los antepasados, de acuerdo con nuestras antiguas costumbres; y si las enseñanzas populares no mienten, aquéllos permanecen sumidos en la miseria y en la desgracia. Así, ¡oh Krishna!, mediante los crímenes de aquellos que destruyen a sus propios parientes, se pierden las virtudes y se ensombrece la gloria de la familia. Semejante calamidad apena y degrada a los antepasados, según nos enseñaron los instructores de nuestro pueblo.¡Ay de mí! La maldición nos espera si intentamos matar a nuestra parentela, arrastrados por la ambición del poder y del insensato afán del dominio terrenal. Prefiero ofrecer mi pecho desnudo a las armas de los kurus antes de cometer tan necio crimen contra mis parientes. ¡Ay de mí! ¡Ay de todos nosotros!” (Bhagavad Gita_Cap.1).
Hacer Yoga es aprender el camino de la acción en la inacción, aquí es donde se abre la puerta hacia el conocimiento, tal y como se describe en los Vedas, esos grandes filósofos (sabios) que dedicaron su existencia al entendimiento y transmisión de Sat Chi Ananda (existencia, conocimiento y bienaventuranza), donde la conciencia individual y la conciencia Universal se reencuentran, para alcanzar cierto estado de conciencia de Unión con el Todo. Hablar de los Vedas es hablar de legado y del conocimiento basado en la investigación básica (donde se observa la teoría), para continuar con la investigación aplicada (donde se resuelve el planteamiento).
Para obtener las enseñanzas de los Vedas se requiere de paciencia y voluntad, para entender el proceso y el orden por el cual tiene que transcurrir nuestro discernimiento (percepción sensorial, el entendimiento y la razón). Si nos saltamos cualquiera de ellos podemos caer en la mala praxis y llevarnos a juicios erróneos, incluso esa mala praxis es la que ha llevado a muchos a transformar dichos conocimientos, para hacer de ello un nuevo método que realmente no lleva a la transformación, tan sólo se llega a ciertos estímulos que nada tiene que ver con la transformación personal.
Muchas personas pueden pensar que ese tipo de transformación es buena y lógica, pero quizá sea mejor trabajar desde el principio del paso al conocimiento, para obtener un desarrollo más profundo del mismo. Trabajar el desarrollo personal a través de las técnicas y la filosofía de los Vedas, donde su propia esencia parte de lo ilimitado, en el que su finalidad es romper los obstáculos que el ser humano se ha generado, es trascender a una verdadera experiencia de vida, a una filosofía práctica.
Las grandes enseñanzas legadas por los Vedas abarcan un gran abanico donde la temática parece distinta pero toda está entre sí conectada. Nos hablan del mundo visible, el vivo y el inanimado, siendo guiados en ese camino a través del constante fluir de los cinco elementos (fuego, tierra, agua, aire y cielo o espacio), que en la armonía de su combinación mantiene en equilibrio y funcionamiento al Universo, incluyendo en ello al ser humano, por eso nos trae la conciencia de Unión.
Si fuéramos más allá en ese aprendizaje veríamos ciertas similitudes, como por ejemplo citar la ciencia de los Vedas que nos habla de esa parte que conocemos como Feng Shui, que en los Vedas se llama la Ciencia Védica del Vastru Shastra, esta ciencia que es una técnica milenaria que estudia la disposición de las viviendas y los lugares de trabajo para atraer el bienestar, armonía y prosperidad. Descubrir esos grandes secretos que guardan los Vedas en el Vastu Shastra es descubrir que en los Vedas también tenían en cuenta el color, olor, sabor, resonancia y consistencia del suelo, la orientación de la vivienda, la distribución de las dependencias… Y esto es tan sólo un ejemplo, porque es increíble averiguar la amplitud de las enseñanzas de los Vedas, desde sus orígenes hasta llegar al Vedanta (el final de los Vedas).
Entender la existencia del mundo
Como veis hablar de los Vedas es hablar de toda una cultura milenaria, de las más antigua que existe, que se ha transmitido de unos a otros hasta llegar a nosotros, traspasando fronteras, porque es y fue creada por y para su extensión ilimitada, para ayudar al hombre y con ello ayudar al mundo a entender su existencia. Y aquí es donde me pregunto: ¿por qué insistimos en hacer de un conocimiento un ejercicio de gimnasia, o de ciencia, o de teología? Así alzamos fronteras de algo que nos fue legado con generosidad. Tan sólo sirve para llevar a grandes errores a los estudiantes.
Para terminar, no olvidemos que el término Veda significa conocimiento, y tal conocimiento fue basado en la creación material, del alma, de la vida y de la realidad absoluta. Por lo tanto va más allá de cualquier frontera o parcelación. Encasillarlo en ciencia o teología y no digamos en gimnasia, es una barbaridad. Son enseñanzas creadas para motivar a los seres humanos con el fin de que se entienda que no somos entidades independientes, sino más bien partes del cuerpo universal dependientes de otras muchas fuerzas superiores, y que las vías para llegar a ello son infinitas.
Como veis la filosofía del Yoga no es sólo ejercicio; va mucho más allá. Conocer su origen, saber el porqué de su esencia, es recuperar las enseñanzas transmitidas, porque sinceramente en este bello camino del Yoga creo que debemos seguir transmitiendo, cada uno en su modesta medida, esta filosofía y dejar de conformarnos con las migajas que caen de la mesa. Ser un yogui es ser y estar en este presente siempre conectados con nuestro interior, con lo Universal, porque descubrir que somos los grandes dioses de esta humanidad es la llave que abrirá una puerta de infinita Paz Universal.
Maheshwari (Mayte Aguado). Profesora de Yoga certificada por la Escuela Sivananda en Rudraprayag (India). Discípula de Fernando Díez. Colaboradora de la Fundación Vicente Ferrer y profesora de yoga en Guadalajara.