Cuando la luz de la sabiduría brilla por todas las puertas (sentidos) del cuerpo, sabemos que Sattva (apego a la felicidad) es la cualidad predominante (Bhagavad Gita XIV.11.) Escribe Maheshwari (Mayte Aguado).
AUM es una palabra que no tiene traducción ya que sirve para representar a la trinidad, y la forma correcta de pronunciar la sílaba sagrada es diferenciando los tres fonemas: A, U, y M. Pronunciamos «Om» porque nace de una abreviación natural del diptongo ‘au’, una variación fonética que se debe al gran uso de la palabra AUM, sobre todo al ser cantada de manera veloz como introducción a la mayoría de mantras.
Hablar de AUM es hablar de la vibración del universo, eterna porque es energía que no se destruye. Cuando pronunciamos AUM tendemos a hacerlo como si estuviéramos programados para la aplicación que conduce al destino final que es el proceso de la evolución del hombre. Pero si observamos el camino no como algo que nos lleva a una meta, sino al propio camino como la meta, nos daremos cuenta que cuando pronunciemos AUM de forma consciente, desde que inspiramos hasta el final de la propia vibración, sirve para reafirma nuestra unión con lo Universal, con nuestro más profundo interior. Si observamos ese instante de la vibración desde la parte física, donde somos mayoritariamente agua, sentiremos cómo nuestro organismos se limpia físicamente para llegar finalmente a pasar a la limpieza de nuestra mente; es decir, pasamos de la ciencia al umbral de la metafísica. Esta situación se produce cuando sentimos que la vibración parece volverse infinita al ser energía, que transforma desde el exterior hacia el interior, donde es acción en la inacción.
La energía que podemos hacer brotar va a depender de la cantidad de energía que puede fluir en nuestra consciencia al pronunciar AUM, que debe ser proporcional a la universalidad de nuestra consciencia, es decir, abandonando cualquier distracción y estando en el más inmediato presente a la hora de pronunciarlo, para eliminar las capas superficiales que nos distraen del fluir de la vida.
Un buen ejemplo para ver lo que produce AUM al pronunciarlo es pensar en el efecto del cuenco tibetano lleno de agua cuando le hacemos sonar: el agua empieza a vibrar, y exactamente es eso lo que pasa en nuestro interior. Pero al igual que con el cuenco, esto no se debe hacer de cualquier forma. Lo importante será respirar y conectar con nuestro interior, canalizar la energía y vibrar con ella para que nuestro líquido, al igual que el del cuenco, no se desborde. Hay que conseguir una constante en esa vibración producida por el sonido de la pronunciación de AUM, de tal modo que cuando vamos cerrando la boca y continuamos con la vibración se convierte en un OM que hace que justo ahí sea cuando sentimos esa unión tan maravillosa.
¿Por qué es importante pronunciar AUM?
A todos nos ha pasado que cuando damos energía, la vida fluye con nosotros y dejamos de tener espacios vacíos. Pero cuando nos obstinamos en restringir nuestra energía, ya sea provocando un sunami o conteniéndola, experimentamos una carencia de la misma porque no hemos dejado que la vida fluya por nosotros. Pues lo mismo pasa si pronunciamos el AUM y no lo hacemos correctamente: la energía no fluye, ya que simplemente será un sonido frío del ser sin ser. Pero cuando evolucionamos desde el inicio con el AUM para ir al OM, la vida fluye en nuestro interior, nuestro ser estará preparado para abrir los mil pétalos que todos llevamos dentro.
Entendemos que así como el agua fluye hacia abajo siguiendo la línea de menor resistencia, la energía interior fluye hacia su campo más útil de actividad. De este modo sigue la ley de la evolución, ya que nuestra energía se estará moviendo siempre hacia ese campo de actividad porque somos materia y energía que fluye con la energía del universo, que ni aumenta ni disminuye, sino que se transforma o transmuta constantemente de un estado a otro, hasta llegar al cuarto estado, Turiya, donde el cese de la actividad se transformará en la renovación de la actividad pero en otro campo.
Fundirnos con la vibración del AUM es esa acción en la que nuestra energía estará mejor canalizada y se manifestará del modo más evolutivo de la creación, donde el tiempo y el espacio deja de existir y se es uno en esa vibración.
Todo este control de energía, que no es más que su uso correcto y canalización, se encuentra dentro de la práctica del yoga, donde el flujo de la vida es en realidad la corriente respiratoria del sistema humano, y los canales por los que fluye son los nadis y sus niveles los tattwas. Cuando nuestro flujo de energía parece secarse, debemos buscar el remedio a través de la propia energía, que gracias a la del sonido con su vibración hará, junto con las asanas, que se abra el bloqueo para volver a estar llenos de energía.
AUM forma parte del yoga, y se le ha de dar importancia cada vez que iniciemos nuestros ejercicios, ya sean de relajación, respiración, asanas o meditación, porque con ello liberaremos nuestra energía bloqueada.
Hacer cada paso del yoga nos identifica con nuestra energía y con la energía universal, y transforma nuestra conciencia en ilimitada, eterna, tan sólo siguiendo sus grandes pilares: respiración, relajación, ejercicio adecuado, alimentación adecuada y pensamiento positivo y meditación. Pero empezando con el mantra universal o la vibración del universo, que por ello AUM en el hinduismo es la unidad con lo supremo.
Vibrar con AUM es fluir con la vida.
Con amor, Maheshwari (Mayte Aguado)
Maheshwari (Mayte Aguado). Profesora de Yoga certificada por la Escuela Sivananda en Rudraprayag (India). Discípula de Fernando Díez. Colaboradora de la Fundación Vicente Ferrer y profesora del yoga del Gimnasio Aylu de Guadalajara.