Hay cuatro sendas principales en el Yoga: Karma Yoga, Bhakti Yoga, Jñana Yoga y Raja Yoga. Cada una se ajusta a un temperamento o a una aproximación diferente a la vida. Todas conducen, en última instancia, al mismo destino: la unión con Brahman o Dios. Y las lecciones de cada una deben de ser integradas si se desea lograr verdadera sabiduría. Hoy veremos el Karma Yoga. Es un texto de Centro Sivananda de Madrid.
“Karma Yoga es la entrega desinteresada de todas las actividades tanto internas como externas, como ofrenda al Eterno, Maestro de todas las energías y austeridades del alma”. (Bhagavad Gita)
Los componentes clave que determinan que toda acción pueda calificarse como Karma Yoga son:
Actitud correcta
No es lo que tú haces lo que cuenta, es la actitud durante la acción la que determina si una tarea es de karma yoga, por ejemplo, un trabajo libre o un trabajo obligatorio. Swami Sivananda nos enseña: “Da tus manos al trabajo y mantén tu mente en los pies de loto del Señor”.
Motivación correcta
Lo mismo que en la actitud, no es lo que haces lo que cuenta sino el real motivo que hay detrás de ello. Tu motivo debe ser puro. Swami Sivananda dice: “El hombre generalmente planea conseguir frutos de su trabajo antes de comenzarlo. La mente está tan estructurada que no puede pensar en ninguna clase de trabajo sin remuneración o recompensa. Un hombre soberbio no puede hacer ningún servicio sin sopesar el trabajo y el dinero en una balanza. El servicio desinteresado es desconocido para él”.
Cumple con tu deber
A menudo el “deber” se refiere a la “corrección”. Incurrirás en demérito si evitas tu deber. Tu deber es hacia Dios, o hacia el Ser, o hacia el Maestro Interior que te enseña a través de circunstancias específicas de tu vida cuando se presentan.
Haz lo mejor que puedas
Lo que sea que tengas que hacer, hazlo lo mejor que puedas. Si conoces una mejor manera de servir, debes aplicarla. No te detengas por temor al esfuerzo o la crítica. No trabajes de manera descuidada solo porque nadie te está observando o porque sientes que la tarea no es para ti. Da lo mejor de ti. Trata de cumplir acciones que puedan traer el máximo de bondad y el mínimo de maldad. Practica Karma Yoga cada vez más.
Renuncia a los resultados
Dios es el hacedor. Tú no eres el hacedor, tú eres solo el instrumento. No conoces las intenciones ni los planes de Dios. Dios es el actor. El Ser nunca actúa; se modifica. Sólo son las Gunas, las tres cualidades, las que están jugando. El camino para realizar esta verdad es trabajar constantemente por el propio bien del trabajo y apartarse de los resultados, buenos o malos. El desapego de la acción esparcirá las semillas kármicas. Desapego de los resultados también significa desapego del tipo de trabajo en sí mismo. No hay tarea que sea inferior o superior a otra tarea diferente. No te apegues a tu trabajo. Mantente listo para renunciar a él si fuera necesario.
Sirve a Dios o al Ser en Todo
Haz a otros lo que te gustaría que te hicieran a ti. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Adáptate, ajústate, acomódate. Soporta el insulto, soporta la ofensa. Unidad en la Diversidad. Nosotros somos parte del mismo cuerpo. Practica la humildad actuando. Cuídate del poder, la fama, el nombre, el orgullo, la censura.
Sigue la disciplina de la tarea
Cada trabajo es un maestro de algún tipo. Tú puedes aprender diferentes destrezas ejecutando diferentes trabajos. Cada trabajo tiene diferentes requerimientos en términos de tiempo, grado de concentración, habilidades, experiencia, entrega emocional, energía física o voluntad. Trata de cumplir bien cualquier tarea que estés haciendo.
Más información: http://www.sivananda.es/